Fue en el año 1951 cuando el mundo de la
medicina supuso un auténtico y verdadero avance para la mujer: fue el
momento en el que se patentó la progesterona derivada que luego actuaría
como
método anticonceptivo, aunque es cierto que no fue hasta el año 1960 cuando finalmente la
píldora anticonceptiva
fue autorizada en Estados Unidos y vendida luego como tal. Es más, en
España llegó en el año 1964 y era prescrita de forma exclusiva para
tratamientos ginecológicos con el fin de regular el ciclo menstrual.
Desde entonces, millones de mujeres en todo el mundo la toman cada
día, ya sea como forma de protegerse frente a un embarazo no deseado (y
prevenir que éste se produzca), o simplemente como medio para regular su
ciclo menstrual.
Sin embargo, aunque la nombrada como
píldora del día después
es más bien conocida desde hace algunos años en nuestro país, ¿sabías
que su primer uso se remonta en realidad a la década de los años 70?. No
obstante, su disponibilidad ha variado a lo largo de los años, de
manera que por ejemplo a comienzos de 2001 las mujeres de 16 años o más
podían obtenerla sin prescripción médica en Reino Unido, mientras que en
España esto no fue posible hasta 2009 (anteriormente a este año sí
requería prescripción).
¿Qué es la píldora del día después?
La
píldora del día después es un
grupo de anticonceptivos de emergencia, femeninos y que se toman oralmente. Es también conocida con el nombre de
píldora del día siguiente,
píldora anticonceptiva de emergencia o simplemente
píldora Postday.
Contiene acetato de uliprital, levonorgestrel y mifepristona, además
de meloxicam, todos ellos anticonceptivos hormonales postcoitales que
actúan como anticonceptivos de emergencia.
Se trata de un anticonceptivo de emergencia de última generación, que
contiene hormonas que previenen un embarazo luego de haber tenido
relaciones sexuales sin protección. Por un lado, inhibe la ovulación
cuando es administrada a mitad del ciclo. Por otro, alteran la motilidad
de la trompa de Falopio para evitar que los espermatozoide lleguen al
óvulo.
¿Para qué es útil?
Como hemos indicado,
el principal objetivo de la píldora del día después es el de evitar que el embarazo se produzca,
por ejemplo ante la práctica de relaciones sexuales sin ningún tipo de
protección anticonceptiva (o si se tiene la certeza o creencia de que
éstos han fallado, por ejemplo, ante la rotura evidente de un
preservativo).
Por tanto,
ayudan a que el embarazo no se produzca al actuar de distintas formas:
- Inhibe la ovulación: sobre todo cuando la píldora se administra a mitad del ciclo.
- Vuelve la membrana del útero más delgada: Los óvulos fertilizados no pueden adherirse al útero.
- Altera la motilidad de la trompa: haciendo más complicado que los espermatozoides lleguen al óvulo para fertilizarlo.
Por un lado, si la píldora del día después es tomada antes de la
ovulación las hormonas que contiene impiden que el óvulo se libere
(efecto anovulatorio). Por otro, si es tomada después de la ovulación,
estas mismas hormonas impiden que el óvulo fecundado se anide en el
recubrimiento del endometrio (efecto antiimplantatorio).
En España puede adquirirse desde el año 2009 sin receta en las
farmacias. El precio medio es de 20 euros, aunque en algunos centros de
planificación familiar y en centros médicos la dispensan sin coste.
¿De qué forma se consume y cómo?
La caja viene generalmente con dos pastillas, las cuales deben ser
tomadas por la paciente. La primera de ellas debe ser tomada antes de
que transcurran 72 horas desde la relación sexual. Y la segunda 12 horas
después de haber tomado la primera.
No obstante, la propia Organización Mundial de la Salud (OMS) aconseja tomar las dos pastillas al mismo tiempo.