TRATAMIENTO DEL Síndrome de Intestino Irritable
Actualmente, no existe un tratamiento único, idóneo ni curativo para el SII, debiendo insistirse en que se trata de un proceso funcional y crónico. No existen productos ni terapias milagrosas que eliminen esta entidad.
En muchos casos, el conocer que se trata de una patología benigna y que no predispone a otras enfermedades ni a cáncer ayuda a los pacientes a afrontar su patología y tratamiento con mayor serenidad.
En este sentido, es fundamental una buena anamnesis y una correcta empatía entre médico y paciente, lo cual mejorará la adhesión al tratamiento y la evolución clínica de los mismos.
El tratamiento debe combinar siempre adecuados hábitos higiénico-dietéticos con un tratamiento farmacológico dirigido y, por tanto, debe sustentarse en los siguientes 3 pilares:
Actuación en hábitos de vida
- Estilo de vida ordenado y equilibrado.
- Se debe evitar el consumo de tabaco y alcohol.
- No existen alimentos prohibidos o malos. Cada persona debe identificar que alimentos le sientan peor y reducirlos o eliminarlos. Como norma general, alimentos como las especias, la cafeína, los picantes, las grasas, formadores de gas o comidas muy condimentadas deben evitarse. Es recomendable beber agua y tomar frutas y verduras, sin excederse. No se deben realizar dietas de exclusión, es decir, eliminar alimentos como la lactosa, el gluten, etc. Su gastroenterólogo ya habrá contemplado esta posibilidad durante el proceso diagnóstico y si lo considera oportuno realizará los test apropiados para llegar a confirmarlo o excluirlo. La alimentación debería ser lo más variada posible.
- Es importante realizar cuatro-cinco comidas al día y tomarse tiempo para realizarlas, al menos 20 minutos.
- Del mismo modo, es importante tomarse tiempo para defecar. Acudir siempre que se tenga deseo, no reprimirlo. Acudir al baño de forma tranquila, tomarse tiempo, aunque no en exceso y, a ser posible, en un ambiente relajado.
- Es aconsejable realizar 30-45 minutos de actividad física adecuada a la condición de cada persona. Este hecho, ya conocido para patologías que afectan al aparato cardiovascular, es igual de beneficioso para nuestro aparato digestivo, no solo al ayudar a mejorar su motilidad sino por los beneficios del ejercicio a nivel del sistema nervioso central y la neurotransmisión.
- Es beneficioso evitar las situaciones estresantes o, si no es posible, cambiar la forma de enfrentarse a ellas para minimizar su impacto en nuestra salud.
Recomendaciones dietéticas
- Los objetivos del tratamiento nutricional son asegurar la ingesta adecuada de nutrientes, individualizar la dieta según el patrón gastrointestinal específico del SII y explicar la posible influencia de los alimentos en el tratamiento de los síntomas.
- Hay pocos datos científicos que apoyen la restricción de alimentos concretos. Pueden tolerase mal las comidas copiosas y ciertos alimentos, como cantidades excesivas de grasas, cafeína, lactosa, fructosa, sorbitol y alcohol.
- Por tanto, se dan las siguientes recomendaciones, no sin antes aclarar que el tratamiento dietético debe ser individualizado para cada paciente y sujeto a revisiones frecuentes por su gastroenterólogo.
Recomendaciones generales:
- Realice comidas pequeñas y frecuentes.
- Coma a un ritmo relajado y en horarios regulares.
- Evite el estreñimiento, pero incremente el contenido de fibra y proporcionalmente el de líquidos no gaseosos en la dieta de modo progresivo.
- Haga ejercicio físico regularmente.
- Realice actividades relajantes y sociales.
- Identifique la sensibilidad a distintos alimentos y excluya solamente aquellos que no tolere.
- Marcar horarios para comer e ir al WC
Recomendaciones específicas:
- Moderar el consumo de fibra insoluble y potencie el consumo de fibra soluble (en forma de gomas, pectinas y mucílagos). Se puede hacer con la ayuda de los alimentos como el dulce de membrillo o la manzana, aunque también se recomienda tomar diariamente suplementos alimentarios de este tipo de fibras.
- Evitar los alimentos ricos en grasas, las frutas cítricas y las espinacas para disminuir el efecto laxante producido por las sales biliares (bilis) en el colon.
- Eliminar el consumo de sorbitol (un edulcorante), los alimentos o especies picantes, el gas (en las bebidas), el café y el té.
- Eliminar la lactosa si no se tolera.
- Beber al menos dos litros de agua al día. Es muy importante garantizar la hidratación adecuada cuando hay diarrea. Se recomienda beber agua o infusiones suaves (que no tienen ningún efecto laxante). Además, un aporte suficiente de líquidos también ayuda a combatir el estreñimiento.
En la Tabla 1 se detalla una orientación para la selección de alimentos, aunque como ya se ha comentado previamente, en cada caso de debe individualizar.
Dietas bajas en FODMAP: En los últimos años, se ha propuesto el posible beneficio de las dietas pobres en fructo-oligo-di-y monosacáridos y azúcares polialcoholes (FODMAP) fermentables. La dieta pobre en FODMAP limita aquellos alimentos que contienen fructosa, lactosa, oligosacáridos con fructosa y galactosa (fructanos y galactanos), y azúcares alcohólicos (sorbitol, manitol, xilitol, y maltitol).
Los FODMAP se absorben poco en el intestino delgado, son muy osmóticos y las bacterias lo fermentan rápidamente. Una dieta baja en FODMAP por comida ha demostrado, a corto plazo, que reduce los síntomas gastrointestinales en pacientes con SII, principalmente dolor a y distensión abdominal, Sin embargo, aún no está bien definido el punto de corte de las cantidades aceptables de FODMAP y no se sabe si su empleo a largo plazo es superior a las dietas convencionales para el SII.
Los datos iniciales eran muy alentadores en cuando a su beneficio en el tratamiento del SII, aunque en los últimos trabajos se han publicado datos con resultados que difieren de los anteriores, por lo que aún está por definir su verdadero papel.
Sin embargo, un reciente meta-análisis concluye que no existe evidencia para recomendar una dieta sin gluten estos pacientes y una muy baja evidencia para considerar el empleo de dietas bajas en FODMAP para reducir los síntomas de pacientes con SII.
La Tabla 2 muestra los alimentos que contienen mayores cantidades de FODMAP.
Abordaje medicamentoso o farmacológico
Existe multitud de fármacos que su gastroenterólogo le irá indicando según los síntomas que presente. En general debe tenerse en cuenta que se trata de un tratamiento mixto atendiendo a los síntomas predominantes: dolor, diarrea y estreñimiento.
Fibra: Existen diversos tipos de fibra, la soluble (Ispagula, Psilio) y la insoluble (salvado de trigo). En varios estudios, se valoraba los efectos de las distintas fibras en el SII, apreciando que la fibra soluble mejoraba la sintomatología, excepto la distensión y el dolor abdominal. La fibra insoluble no demostró una mejoría significativa.
Laxantes: Se utilizan en los casos con predominio de estreñimiento. Son útiles, aunque con limitaciones.
Antidiarreicos: Son fármacos que se emplean en los casos que predomina la diarrea. Dentro de este grupo tenemos fármacos con la loperamida, la codeína y las resinas de intercambio iónico. No existe evidencia de su utilidad al no tratarse de un proceso agudo sino crónico.
Espasmolíticos: Son fármacos que actúan sobre la fibra muscular lisa del tubo digestivo, inhibiendo su motilidad. Suelen mejorar el dolor abdominal en un alto porcentaje de pacientes. No presentan utilidad en los casos de estreñimiento.
Agonistas de los receptores de serotonina 5HT4: Estos medicamentos estimulan la motilidad intestinal y reducen la sensibilidad visceral; por lo tanto, mejoran el tránsito intestinal y el dolor. Estarían indicados en casos de estreñimiento que no responde a otras medidas. Se han investigado múltiples moléculas, la mayoría de ellas se han dejado de usar o se ha restringido su uso por los efectos adversos, sobre todo a nivel cardiovascular. Actualmente, tenemos comercializada la Prucaloprida, que se emplea en casos muy seleccionados.
Linaclotida: Es un péptido que se une a los receptores de guanilato ciclasa C del intestino. Esto provoca una reducción de la sensibilidad intestinal, reduciendo el dolor abdominal y aumentando la cantidad de líquido que se produce a nivel intestinal y bloqueando su absorción, con lo que mejora el tránsito intestinal. Se usa en los casos con estreñimiento moderado o grave sin respuesta a tratamiento previos. Tiene muy buen perfil de seguridad.
Antidepresivos: Se han usado no para regular el estado de ánimo, sino por su mecanismo de acción a nivel intestinal. Existen dos grupos, los antidepresivos tricíclicos, como la Amitriptilina; y los ISRS, más modernos y mejor perfil de seguridad, entre ellos destaca la Paroxetina. Estos medicamentos regulan la sensibilidad visceral y favorecen la motilidad, siendo eficaces en mejorar los síntomas en pacientes con SII, aunque los estudios disponibles son muy heterogéneos.
Probióticos: Estos fármacos parecen desarrollar un rol importante al modular las alteraciones en la composición de la microbiota intestinal asociados al SII, especialmente cuando se utilizan fármacos con múltiples cepas y durante un período de tiempo superior a 8 semanas. Sin embargo, aunque de forma global parece que mejoran los síntomas, principalmente el meteorismo y la distensión abdominal, su verdadero papel aún no están totalmente demostrado.
Antibióticos: Rifaximina, antibiótico de elección en la prevención de episodios de diverticulitis aguda y de encefalopatía hepática en pacientes cirróticos, parece tener una moderada eficacia en la mejoría de los síntomas de pacientes con SII y sin predominio de estreñimiento.
Dr. Javier Romero
Experto de la Fundación Española del Aparato Digestivo (FEAD)
Además del material en esta página, te invitamos a consultar Mes Saludigestivo Síndrome del Intestino Irritable