Durante
los próximos días, con motivo de las vacaciones, se producirán miles de
desplazamientos por las carreteras. Por ello debemos tomar una serie de
precauciones que minimicen los riesgos. Una de estas precauciones sería
conocer si el medicamento que toma afecta a la conducción.
Dos datos cuantitativos sobre el consumo de medicamentos por conductores:
1.- En los países de la Unión Europea, se estima que en torno al 10% de los conductores circulan bajo la influencia de medicamentos, y que el riesgo de verse implicado en un siniestro se multiplica por dos en estos casos.
2.- En España, aproximadamente un 17% de los conductores utilizan medicamentos de forma crónica, y de estos, en torno al 61% usan dos o más medicamentos (datos del Instituto Nacional de Estadística). En el 5% de las víctimas por accidente de tráfico se detectó algún medicamento, aunque esto no quiere decir que sea el único factor causal (datos del Instituto Nacional de Toxicología).
A pesar de que, en España, aproximadamente un 5% de los accidentes de tráfico está relacionado con los medicamentos, tres de cada cuatro pacientes, desconoce las advertencias sobre el efecto de su medicación en la conducción. Además muchos de ellos se automedican y desconocen los riesgos que pueden suponer todos esos medicamentos a la hora de conducir.
El Papel del farmacéutico en la seguridad vial:
Los farmacéuticos, por su contacto directo con el paciente, juegan un papel relevante. Por un lado promueven el uso racional de los medicamentos, pero además y, quizá sea lo más importante, pueden prevenir accidentes de tráfico:
a).- Promoviendo comportamientos responsables en la conducción.
d).- Aconsejando las alternativas que menos perjudiquen en este sentido y a la menor dosis posible.
e).- Llevando un seguimiento de los tratamientos de los pacientes, sobre todo, en pacientes que utilizan varios medicamentos.
f).- Elaborando guías de prescripción en las que se contemple la peligrosidad de algunos medicamentos en la conducción.
2.- Porque producen un efecto adverso que afecte a la capacidad de conducción (por ejemplo, los antidepresivos suelen provocar sedación)
No obstante, la relación entre medicamentos y conducción puede ser también positiva al controlar ciertos síntomas de la enfermedad del paciente (por ejemplo, los antieméticos pueden detener nauseas y vómitos invalidantes para el conductor). En otras ocasiones el medicamento permite controlar la patología(caso, por ejemplo, de antidepresivos o de antiepilépticos, pese a tener efectos adversos que afectan a la conducción)y mejorar la aptitud ante la conducción.
b).- Reducción de los reflejos y aumento del tiempo de reacción.
c).- Alteración de la percepción de las distancias.
d).- Hiperactividad e hiperreactividad.
e).- Alteraciones oftalmológicas o de la audición.
f).- Estados de confusión y aturdimiento.
g).- Alteraciones musculares de carácter agudo (espasmos, calambres, incoordinación motora, etc.).
2.- Antihistamínicos utilizados para el tratamiento de la alergia (efecto mínimo en los de nueva generación como loratadina o mizolastina)
3.- Relajantes musculares.
4.- Algunos colirios.
5.- Numerosos antineoplásicos e inmunomoduladores (grupo L de la ATC).
¿Cómo podemos identificar estos medicamentos?
En sus envases aparece el pictograma de la conducción. Dicho pictograma consiste en un triángulo equilátero rojo con el vértice hacia arriba y un coche negro en el interior sobre fondo blanco, muy similar a una señal de tráfico, con la leyenda “Conducción: ver prospecto”.
Este pictograma NO prohíbe la conducción, sino que RECUERDA que es recomendable ver el prospecto donde están descritos todos los efectos adversos.
Alrededor del 25% de los medicamentos incluyen el pictograma que alerta sobre la posible interacción con la conducción.
El objetivo del símbolo es llamar la atención del usuario para que lea
la información de sus efectos en quienes conducen o manejan maquinaria
peligrosa, incluida en su prospecto.
2.- Seguir siempre las instrucciones de médico y farmacéutico sobre cómo utilizar sus medicamentos, respetando siempre la dosis prescrita, el momento de tomarlo y el tiempo de tratamiento y no tome nunca medicamentos recetados para otras personas.
3.- Tener en cuenta que algunos medicamentos sin receta de uso común, (antigripales, antitusígenos, etc.) pueden disminuir la capacidad para conducir.
4.- En el caso de tener que empezar el tratamiento con un medicamento, es muy importante averiguar si puede tener algún efecto sobre la capacidad de conducción.
5.- Evitar conducir al iniciar un tratamiento que potencialmente pueda disminuir reflejos o capacidad visual.
6.- Tener especial precaución a la hora de la administración conjunta de varios medicamentos.
7.- Y por supuesto no consumir alcohol.
El
consumo de determinados medicamentos por si solos constituye un riesgo
en la conducción de vehículos. Este riesgo aumenta considerablemente
cuando se asocia con la ingesta de alcohol.
1.- En los países de la Unión Europea, se estima que en torno al 10% de los conductores circulan bajo la influencia de medicamentos, y que el riesgo de verse implicado en un siniestro se multiplica por dos en estos casos.
2.- En España, aproximadamente un 17% de los conductores utilizan medicamentos de forma crónica, y de estos, en torno al 61% usan dos o más medicamentos (datos del Instituto Nacional de Estadística). En el 5% de las víctimas por accidente de tráfico se detectó algún medicamento, aunque esto no quiere decir que sea el único factor causal (datos del Instituto Nacional de Toxicología).
A pesar de que, en España, aproximadamente un 5% de los accidentes de tráfico está relacionado con los medicamentos, tres de cada cuatro pacientes, desconoce las advertencias sobre el efecto de su medicación en la conducción. Además muchos de ellos se automedican y desconocen los riesgos que pueden suponer todos esos medicamentos a la hora de conducir.
El Papel del farmacéutico en la seguridad vial:
Los farmacéuticos, por su contacto directo con el paciente, juegan un papel relevante. Por un lado promueven el uso racional de los medicamentos, pero además y, quizá sea lo más importante, pueden prevenir accidentes de tráfico:
a).- Promoviendo comportamientos responsables en la conducción.
b).-
Recordando, que los medicamentos que pueden alterar la conducción
incluyen un pictograma para que el paciente revise la información en el
apartado “Conducción y uso de máquinas” del prospecto.
c).-
Informando sobre los medicamentos que pueden afectar a la conducción,
por ejemplo porque producen somnolencia o efectos sedantes.d).- Aconsejando las alternativas que menos perjudiquen en este sentido y a la menor dosis posible.
e).- Llevando un seguimiento de los tratamientos de los pacientes, sobre todo, en pacientes que utilizan varios medicamentos.
f).- Elaborando guías de prescripción en las que se contemple la peligrosidad de algunos medicamentos en la conducción.
Aunque pueden perjudicar a la conducción de muy diversas formas, los medicamentos afectan a dos niveles principales:
1.- Porque su efecto terapéutico esté contraindicado en caso de manejar maquinaria peligrosa o conducir (por ejemplo, los antidiabéticos pueden producir una hipotensión intensa).2.- Porque producen un efecto adverso que afecte a la capacidad de conducción (por ejemplo, los antidepresivos suelen provocar sedación)
No obstante, la relación entre medicamentos y conducción puede ser también positiva al controlar ciertos síntomas de la enfermedad del paciente (por ejemplo, los antieméticos pueden detener nauseas y vómitos invalidantes para el conductor). En otras ocasiones el medicamento permite controlar la patología(caso, por ejemplo, de antidepresivos o de antiepilépticos, pese a tener efectos adversos que afectan a la conducción)y mejorar la aptitud ante la conducción.
Ha de valorarse individualmente, ya que un mismo medicamento podría no afectar a una persona y sí hacerlo de forma significativa a otra.Hay
que mostrar una mayor precaución en el caso de la tercera edad (por
posibles alteraciones hepáticas o renales que afecten su metabolismo), Incluso, un mismo medicamento podría influir de forma diversa a la misma persona, en dos momentos diferentes
(al principio del tratamiento o, en el caso de algunos fármacos central
como las benzodiacepinas de acción larga, con la somnolencia residual a
primera hora de la mañana).
En cualquier caso se ha de evaluar el binomio riesgo–beneficio e informar detalladamente al paciente.Los mecanismos generales a través de los cuales un determinado medicamento podría afectar al conductor pueden ser agrupados en los siguientes:
a).- Somnolencia o efecto sedanteb).- Reducción de los reflejos y aumento del tiempo de reacción.
c).- Alteración de la percepción de las distancias.
d).- Hiperactividad e hiperreactividad.
e).- Alteraciones oftalmológicas o de la audición.
f).- Estados de confusión y aturdimiento.
g).- Alteraciones musculares de carácter agudo (espasmos, calambres, incoordinación motora, etc.).
Los grupos con un mayor efecto en la conducción son:
1.- Aquellos que actúan sobre sistema nervioso central (grupo N de la ATC): antidepresivos, ansiolíticos, hipnóticos, antipsicóticos, etc.2.- Antihistamínicos utilizados para el tratamiento de la alergia (efecto mínimo en los de nueva generación como loratadina o mizolastina)
3.- Relajantes musculares.
4.- Algunos colirios.
5.- Numerosos antineoplásicos e inmunomoduladores (grupo L de la ATC).
¿Cómo podemos identificar estos medicamentos?
En sus envases aparece el pictograma de la conducción. Dicho pictograma consiste en un triángulo equilátero rojo con el vértice hacia arriba y un coche negro en el interior sobre fondo blanco, muy similar a una señal de tráfico, con la leyenda “Conducción: ver prospecto”.
Este pictograma NO prohíbe la conducción, sino que RECUERDA que es recomendable ver el prospecto donde están descritos todos los efectos adversos.
7 consejos de su farmacéutico:
1.- Leer siempre el prospecto y consultar al médico o al farmacéutico, especialmente si el envase incluye el pictograma que alerta sobre la posible interacción con la conducción.2.- Seguir siempre las instrucciones de médico y farmacéutico sobre cómo utilizar sus medicamentos, respetando siempre la dosis prescrita, el momento de tomarlo y el tiempo de tratamiento y no tome nunca medicamentos recetados para otras personas.
3.- Tener en cuenta que algunos medicamentos sin receta de uso común, (antigripales, antitusígenos, etc.) pueden disminuir la capacidad para conducir.
4.- En el caso de tener que empezar el tratamiento con un medicamento, es muy importante averiguar si puede tener algún efecto sobre la capacidad de conducción.
5.- Evitar conducir al iniciar un tratamiento que potencialmente pueda disminuir reflejos o capacidad visual.
6.- Tener especial precaución a la hora de la administración conjunta de varios medicamentos.
7.- Y por supuesto no consumir alcohol.
No hay comentarios:
Publicar un comentario