viernes, 31 de agosto de 2018
jueves, 30 de agosto de 2018
NO medicalizar la VIDA.
Estar triste no es tener depresión.
Estar resfriado no es tener una neumonía, sinusitis o bronquitis.
Estar nervioso no es sufrir estrés.
Es la vida. No una enfermedad. No medicalicemos la VIDA.
Estar resfriado no es tener una neumonía, sinusitis o bronquitis.
Estar nervioso no es sufrir estrés.
Es la vida. No una enfermedad. No medicalicemos la VIDA.
miércoles, 29 de agosto de 2018
Cómo extraer una garrapata.
Si utilizas repelentes contra las
martes, 28 de agosto de 2018
lunes, 27 de agosto de 2018
viernes, 24 de agosto de 2018
16 excelentes consejos. El parte de confirmación.
https://partedeconfirmacion.blogspot.com
CONSEJOS MÉDICOS QUE NO DEBERÍA DARTE YO, SINO LAS AUTORIDADES SANITARIAS; PERO QUE TE LOS VOY A DAR YO PORQUE LAS AUTORIDADES SANITARIAS NUNCA SE ATREVERÍAN A INDISPONERSE CONTIGO NI, SOBRE TODO, CON TU VOTO.
Me vas a permitir, lector, por la confianza que me tienes y te tengo, que exponga unos consejillos para cuando debas consultar a un médico. Y no te tomes a mal mi perorata, pues me consta que hablo para gente civilizada. Y como a mí me gusta tirar de retranca cuando quiero explicar ciertas cosas, aquí te dejo, con respeto y con cariño, 16 verdades del barquero:
1º: Salvo urgencia o emergencia, es bueno acudir al médico con cita previa. ¿Se te ocurriría a ti, lector, presentarte en el aeropuerto y exigir que te suban en un avión sin haber sacado antes un billete? Y a la consulta de tu médico ¿sí te parece bien?
2º: Es costumbre iniciar la entrevista clínica contándole a tu médico los síntomas y el problema a solucionar. Comenzar la entrevista indicándole a tu médico la enfermedad que tú crees tener, o el tratamiento que debe prescribirte, o la baja que debe darte, es algo irracional. Un ejemplo: si a tu domicilio, lector, acude un técnico para arreglarte el aire acondicionado, ¿le vas explicando tú los pasos a seguir, o le dejas hacer su trabajo? Pues con tu médico, igual.
3º: Decirle al médico que es un cabrón, o lanzarle un florero a la cabeza, puede descentrarlo un poco. En esta situación es posible, incluso, que no te atine con el diagnóstico.
4º: Aunque te parezca increíble, amigo lector, existen infinidad de enfermedades que un médico puede diagnosticar tan sólo con lo que tú le cuentas y con la exploración que él te hace en la consulta. Te digo esto buscando tu bien: no siempre hace falta un análisis, un TAC o una resonancia. Por eso afirmaba Marañón que el único instrumento imprescindible para pasar consulta es una silla.
5º: Los “chequeos” anuales en personas sanas no sirven para nada, salvo para alarmar innecesariamente al paciente con falsos positivos. Pocas excepciones hay a esta regla general: mamografías, citologías, sangre oculta en heces, etc… E incluso ya hay estudios muy recientes que ponen en entredicho algunas de estas mencionadas campañas sanitarias.
6º: Las radiografías no son curativas. Si ya sabes que tienes una artrosis de columna, o de cadera, o de rodilla… ¿para qué esa insana insistencia en irradiarte una y otra vez? Créeme, lector: el cáncer que puedes agarrar por irradiarte es mucho más peligroso que la artrosis que padeces.
7º: Las analíticas tampoco son curativas. Si te hartas a diario de cubatas y cerveza, ¿a qué venir cada dos meses a pedirme una analítica? ¿Para saber el momento exacto en que te empieza la cirrosis? ¿Para irte inscribiendo ya en la lista de espera de un trasplante de hígado? Mejor deja de beber y se acabarán tus preocupaciones.
8º: Los valores de las constantes vitales y de los parámetros clínicos que pedimos en las analíticas no los escoge a capricho cada ciudadano, sino que oscilan en un rango que el médico conoce por su profesión. Ha costado siglos que la ciencia determine esos valores para que ahora vengas tú, querido lector, y “democratices” su uso a tu gusto. ¿Qué es eso de que 37º C es fiebre para ti, pues tu temperatura normal es de 34? ¿Qué es eso de que 120/70 es una tensión alta para ti, que siempre tienes 100/50? ¿Qué es eso de que 300 de colesterol es poco para ti, pues lo sueles tener en 400? Si los valores de las constantes vitales fuesen “a la carta” para cada ciudadano no habría cabeza humana que pudiera estudiar la carrera de medicina.
9º: Los mareos “de las cervicales” son una leyenda urbana. No me insistas más en ello, por favor. Y no, querido lector. Te he dicho mil veces que no hay medicinas útiles para la calvicie. El día en que veas pelos en la cabeza de Julio Iglesias, ven a mi consulta a preguntar.
10º: Lo de las “defensas bajas”, a pesar de lo que digan los anuncios de Actimel, es otra leyenda urbana. Salvo que tengas el SIDA, o estés inmunosuprimido tras un trasplante, o te estén administrando quimioterapia por un cáncer, si te encuentras triste y abatido o te resfrías varias veces en el invierno, seguro que no será por tener “las defensas bajas”. Créeme, lector. Te ahorrarás pinchazos inútiles y muchos gastos en polivitamínicos que no sirven para nada.
11º: Si fumas, toserás, escupirás y te resfriarás muchas veces. Eso es un axioma inexorable que ni Jesucristo redivivo te lo va a solucionar. Si fumas, son inútiles los jarabes para la tos y son absurdas las múltiples consultas que me haces para recordarme que no se te quita la tos.
12º: Por cierto, el año pasado no teníamos ningún remedio efectivo para curar los resfriados. Este, tampoco. Los resfriados, casi siempre, se curan solos. Y duran igual con tratamiento que sin él. Y también duran igual acudiendo al médico para que te indique un anticatarral que comprándolo tú directamente en la farmacia.
13º: Por cierto también: tu médico, como ser humano, no es inmune a los virus del invierno. Cuando estés en la consulta explicándole a tu médico el tipo de tos que padeces, no es necesario que se lo demuestres tosiéndole a la cara. Piensa que, cada día de consulta en el invierno, tu médico atiende entre diez a veinte casos de resfriados y de gripes.
14º: “La tiroides” no engorda, ni tampoco engorda “el cambio de metabolismo”. En el 99% de los casos lo que engorda son las aceitunitas que picoteas, la coca-cola que paladeas, la cervecita que bebes, los helados que te zampas, los quesos y las morcillas que engulles, los ataques nocturnos a la nevera y la falta de ejercicio físico. ¿No has notado, lector, que en Somalia y en Etiopía no hay obesos? Pues bien: allí también hay cambios de metabolismo y problemas de tiroides. Lo que no hay es comida.
15º: Si acabas de echar un polvete y aún tienes las piernas temblando, no hace falta que consultes en urgencia para hacerte “la prueba del embarazo”. Más bien, digo yo, pide la píldora postcoital en una farmacia o, mejor aún, utiliza siempre un método anticonceptivo seguro y continuado.
16º: Un último favor, lector: si ya te ha diagnosticado tu peluquero, ahórrate el venir a mi consulta para una segunda opinión. Házsela al frutero de la esquina. Y si ya te has diagnosticado tú a través de Google, ahórrate el venir a mi consulta para una segunda opinión. Házsela a Yahoo!
Y recuerda, amigo lector, que los dos únicos ingredientes obligatorios para que la relación entre el médico y el enfermo sea satisfactoria para ambos son la confianza mutua y el respeto mutuo. Ni más, ni menos.
Siempre a tu servicio.
Firmado:
Juan Manuel Jiménez Muñoz.
Médico y escritor.
CONSEJOS MÉDICOS QUE NO DEBERÍA DARTE YO, SINO LAS AUTORIDADES SANITARIAS; PERO QUE TE LOS VOY A DAR YO PORQUE LAS AUTORIDADES SANITARIAS NUNCA SE ATREVERÍAN A INDISPONERSE CONTIGO NI, SOBRE TODO, CON TU VOTO.
Me vas a permitir, lector, por la confianza que me tienes y te tengo, que exponga unos consejillos para cuando debas consultar a un médico. Y no te tomes a mal mi perorata, pues me consta que hablo para gente civilizada. Y como a mí me gusta tirar de retranca cuando quiero explicar ciertas cosas, aquí te dejo, con respeto y con cariño, 16 verdades del barquero:
1º: Salvo urgencia o emergencia, es bueno acudir al médico con cita previa. ¿Se te ocurriría a ti, lector, presentarte en el aeropuerto y exigir que te suban en un avión sin haber sacado antes un billete? Y a la consulta de tu médico ¿sí te parece bien?
2º: Es costumbre iniciar la entrevista clínica contándole a tu médico los síntomas y el problema a solucionar. Comenzar la entrevista indicándole a tu médico la enfermedad que tú crees tener, o el tratamiento que debe prescribirte, o la baja que debe darte, es algo irracional. Un ejemplo: si a tu domicilio, lector, acude un técnico para arreglarte el aire acondicionado, ¿le vas explicando tú los pasos a seguir, o le dejas hacer su trabajo? Pues con tu médico, igual.
3º: Decirle al médico que es un cabrón, o lanzarle un florero a la cabeza, puede descentrarlo un poco. En esta situación es posible, incluso, que no te atine con el diagnóstico.
4º: Aunque te parezca increíble, amigo lector, existen infinidad de enfermedades que un médico puede diagnosticar tan sólo con lo que tú le cuentas y con la exploración que él te hace en la consulta. Te digo esto buscando tu bien: no siempre hace falta un análisis, un TAC o una resonancia. Por eso afirmaba Marañón que el único instrumento imprescindible para pasar consulta es una silla.
5º: Los “chequeos” anuales en personas sanas no sirven para nada, salvo para alarmar innecesariamente al paciente con falsos positivos. Pocas excepciones hay a esta regla general: mamografías, citologías, sangre oculta en heces, etc… E incluso ya hay estudios muy recientes que ponen en entredicho algunas de estas mencionadas campañas sanitarias.
6º: Las radiografías no son curativas. Si ya sabes que tienes una artrosis de columna, o de cadera, o de rodilla… ¿para qué esa insana insistencia en irradiarte una y otra vez? Créeme, lector: el cáncer que puedes agarrar por irradiarte es mucho más peligroso que la artrosis que padeces.
7º: Las analíticas tampoco son curativas. Si te hartas a diario de cubatas y cerveza, ¿a qué venir cada dos meses a pedirme una analítica? ¿Para saber el momento exacto en que te empieza la cirrosis? ¿Para irte inscribiendo ya en la lista de espera de un trasplante de hígado? Mejor deja de beber y se acabarán tus preocupaciones.
8º: Los valores de las constantes vitales y de los parámetros clínicos que pedimos en las analíticas no los escoge a capricho cada ciudadano, sino que oscilan en un rango que el médico conoce por su profesión. Ha costado siglos que la ciencia determine esos valores para que ahora vengas tú, querido lector, y “democratices” su uso a tu gusto. ¿Qué es eso de que 37º C es fiebre para ti, pues tu temperatura normal es de 34? ¿Qué es eso de que 120/70 es una tensión alta para ti, que siempre tienes 100/50? ¿Qué es eso de que 300 de colesterol es poco para ti, pues lo sueles tener en 400? Si los valores de las constantes vitales fuesen “a la carta” para cada ciudadano no habría cabeza humana que pudiera estudiar la carrera de medicina.
9º: Los mareos “de las cervicales” son una leyenda urbana. No me insistas más en ello, por favor. Y no, querido lector. Te he dicho mil veces que no hay medicinas útiles para la calvicie. El día en que veas pelos en la cabeza de Julio Iglesias, ven a mi consulta a preguntar.
10º: Lo de las “defensas bajas”, a pesar de lo que digan los anuncios de Actimel, es otra leyenda urbana. Salvo que tengas el SIDA, o estés inmunosuprimido tras un trasplante, o te estén administrando quimioterapia por un cáncer, si te encuentras triste y abatido o te resfrías varias veces en el invierno, seguro que no será por tener “las defensas bajas”. Créeme, lector. Te ahorrarás pinchazos inútiles y muchos gastos en polivitamínicos que no sirven para nada.
11º: Si fumas, toserás, escupirás y te resfriarás muchas veces. Eso es un axioma inexorable que ni Jesucristo redivivo te lo va a solucionar. Si fumas, son inútiles los jarabes para la tos y son absurdas las múltiples consultas que me haces para recordarme que no se te quita la tos.
12º: Por cierto, el año pasado no teníamos ningún remedio efectivo para curar los resfriados. Este, tampoco. Los resfriados, casi siempre, se curan solos. Y duran igual con tratamiento que sin él. Y también duran igual acudiendo al médico para que te indique un anticatarral que comprándolo tú directamente en la farmacia.
13º: Por cierto también: tu médico, como ser humano, no es inmune a los virus del invierno. Cuando estés en la consulta explicándole a tu médico el tipo de tos que padeces, no es necesario que se lo demuestres tosiéndole a la cara. Piensa que, cada día de consulta en el invierno, tu médico atiende entre diez a veinte casos de resfriados y de gripes.
14º: “La tiroides” no engorda, ni tampoco engorda “el cambio de metabolismo”. En el 99% de los casos lo que engorda son las aceitunitas que picoteas, la coca-cola que paladeas, la cervecita que bebes, los helados que te zampas, los quesos y las morcillas que engulles, los ataques nocturnos a la nevera y la falta de ejercicio físico. ¿No has notado, lector, que en Somalia y en Etiopía no hay obesos? Pues bien: allí también hay cambios de metabolismo y problemas de tiroides. Lo que no hay es comida.
15º: Si acabas de echar un polvete y aún tienes las piernas temblando, no hace falta que consultes en urgencia para hacerte “la prueba del embarazo”. Más bien, digo yo, pide la píldora postcoital en una farmacia o, mejor aún, utiliza siempre un método anticonceptivo seguro y continuado.
16º: Un último favor, lector: si ya te ha diagnosticado tu peluquero, ahórrate el venir a mi consulta para una segunda opinión. Házsela al frutero de la esquina. Y si ya te has diagnosticado tú a través de Google, ahórrate el venir a mi consulta para una segunda opinión. Házsela a Yahoo!
Y recuerda, amigo lector, que los dos únicos ingredientes obligatorios para que la relación entre el médico y el enfermo sea satisfactoria para ambos son la confianza mutua y el respeto mutuo. Ni más, ni menos.
Siempre a tu servicio.
Firmado:
Juan Manuel Jiménez Muñoz.
Médico y escritor.
jueves, 23 de agosto de 2018
miércoles, 22 de agosto de 2018
Efesalud. Diez mitos sobre las enfermedades reumáticas.
Enfermedades propias de la tercera edad, sólo de huesos y
articulaciones, sin cura, sin prevención, hereditarias, causadas por el
clima… ¿Verdad o mentira?Repasamos los diez mitos más extendidos en este
tipo de patologías. ¿Sabías que existen 250 enfermedades reumáticas?
https://www.efesalud.com/diez-mitos-sobre-las-enfermedades-reumaticas/
Para repasar estos diez mitos más comunes de las enfermedades reumáticas EFEsalud ha hablado con la doctora Montserrat Romera Baures, especialista en Reumatología en el Hospital Universitario de Bellvitge (Barcelona), miembro de la junta directiva de la Sociedad Española de Reumatología y su portavoz.
“Lo importante es que la gente no se automedique”, indica, pues “en Internet hay pastillas que se supone que sirven para todo”, cuando hay enfermedades reumáticas que son muy graves “que pueden traer complicaciones y que requieren fármacos, no se curan con remedios caseros, ojalá fuera así”.
Otro ejemplo es el ejercicio físico y fortalecer la musculatura para evitar mayor sobrecarga cuando sufrimos artrosis.
O el tabaco, “que empeora las enfermedades reumáticas inflamatorias o incluso el dolor de espalda”, señala la experta. Enfermedades como la artritis reumatoide o el lupus “se han asociado al tabaco”, por lo que se trata de aplicar “medidas preventivas de calidad de vida y de salud”.
Incluso en el lumbago “se ha visto que cuanto más reposo hagas más tardas en recuperarte”, señala, pues además “la inmovilización provoca osteoporosis”.
https://www.efesalud.com/diez-mitos-sobre-las-enfermedades-reumaticas/
Para repasar estos diez mitos más comunes de las enfermedades reumáticas EFEsalud ha hablado con la doctora Montserrat Romera Baures, especialista en Reumatología en el Hospital Universitario de Bellvitge (Barcelona), miembro de la junta directiva de la Sociedad Española de Reumatología y su portavoz.
1. “Tengo reuma”
“Reuma” no existe, afirma la doctora, añadiendo que “hay 250 enfermedades reumáticas”. Por tanto, “reuma” no es un diagnóstico correcto. Hay que saber cuál es la patología concreta para recibir el tratamiento adecuado.2. “Sólo afectan a la tercera edad”
Falso. “Hay enfermedades reumáticas que aparecen en niños, gente joven y adultos jóvenes”, explica la facultativa. Un ejemplo es la artritis crónica juvenil y además de otras “que afectan al sistema inmunológico, como el lupus o la artritis psoriásica”.3. “La causa es el clima”
Pensar que la causa de una enfermedad reumátia es el frío es un error. Existen enfermedades reumáticas por todo el mundo. Aunque la doctora añade que “es cierto que con los cambios de tiempo hay un cambio de la presión atmosférica que puede afectar a las articulaciones y dar la sensación de que duele más”, situación que puede provocar la confusión.4. “Son enfermedades hereditarias”
Factor genético sí, pero no se heredan”, señala Romera, quien explica que“nosotros tenemos componentes genéticos que se dan más en unas enfermedades que en otras”, por lo que puede que haya antecedentes familiares o puede que no.5. “Sólo afectan a huesos y articulaciones”
Si bien es cierto que la mayoría de las enfermedades reumáticas afectan a las articulaciones, también afectan “a los tendones, a los ligamentos”. Además, debemos tener en cuenta que “hay muchas enfermedades reumáticas que son sistémicas y se asocian a problemas en los ojos, en la piel (artritis psoriásica), riñones, pulmones e incluso en el corazón”.6. “No tienen cura”
La mayoría no, pero otras como la tendinitis, sí. Ante este paradigma, la doctora pregunta: “¿Qué se puede hacer?: controlarlas”. Es muy importante llevar a cabo el tratamiento correcto y aún más hacerlo de forma precoz, “antes de que se hayan producido destrucciones articulares que pueden ser irreversibles”, subraya la especialista, explicando que “no hay que resignarse al dolor y la inflamación porque hay muchos tratamientos nuevos para enfermedades reumáticas graves que han cambiado el pronóstico de las mismas” y que posibilitan una buena calidad de vida.7. “Todos los tratamientos son malos. Mejor usar remedios caseros”
“Todos los fármacos tienen efectos secundarios”, explica la doctora, recordando además la labor de la Agencia Española del Medicamento que retira aquellos que nos son perjudiciales. La clave está en las revisiones y control de analíticas de sangre, por ejemplo.“Lo importante es que la gente no se automedique”, indica, pues “en Internet hay pastillas que se supone que sirven para todo”, cuando hay enfermedades reumáticas que son muy graves “que pueden traer complicaciones y que requieren fármacos, no se curan con remedios caseros, ojalá fuera así”.
8. “Siempre se relacionan con trabajos manuales”
Siempre que se produzca “una sobrecarga sobre la articulación” puede conllevar a tener más artrosis, “como los pianistas”. Pero no sucede con las 250 enfermedades reumáticas. El ejemplo, las que aparecen en niños que no han hecho esfuerzo de más.9. “No pueden prevenirse”
Depende de la enfermedad. Por ejemplo, “la osteoporosis sí se puede prevenir, pues no es una enfermedad sino un factor de riesgo de fractura”. Hay enfermedades “como la diabetes, tratamientos y fármacos relacionados con una pérdida de la masa ósea”, estas enfermedades sí se pueden prevenir.Otro ejemplo es el ejercicio físico y fortalecer la musculatura para evitar mayor sobrecarga cuando sufrimos artrosis.
O el tabaco, “que empeora las enfermedades reumáticas inflamatorias o incluso el dolor de espalda”, señala la experta. Enfermedades como la artritis reumatoide o el lupus “se han asociado al tabaco”, por lo que se trata de aplicar “medidas preventivas de calidad de vida y de salud”.
10. “Impiden hacer ejercicio físico”
Nada más lejos de la realidad. Según explica Montserrat Romera “está demostrado que muchas enfermedades mejoran con el ejercicio físico”. La moderación y la coherencia siempre son importantes: “si tienes una rodilla pendiente de prótesis no podrás correr, pero todos los ejercicios de bajo impacto, que sirven para fortalecer la musculatura, facilitar que las articulaciones sean más flexibles y se muevan mejor son muy importantes, como el taichí o aquagym”, etc.Incluso en el lumbago “se ha visto que cuanto más reposo hagas más tardas en recuperarte”, señala, pues además “la inmovilización provoca osteoporosis”.
martes, 21 de agosto de 2018
lunes, 20 de agosto de 2018
viernes, 17 de agosto de 2018
¿Tienes 10 minutos?.
10 minutos x 3 veces/día x 5 días dan los 150 minutos que necesitas para dar el primer paso por tu salud
jueves, 16 de agosto de 2018
En Familia. ¿Cuándo dar al bebé otros alimentos además del pecho?.
https://enfamilia.aeped.es/vida-sana/cuando-dar-al-bebe-otros-alimentos-ademas-pecho
La introducción de nuevos alimentos en el niño lactante se puede hacer con cierta flexibilidad, respetando las costumbres de las familias
¿Qué es la alimentación complementaria?
La situación ideal es que el niño permanezca los 6 primeros meses con lactancia materna exclusiva. Pasado este periodo, se introducen en la dieta alimentos distintos de la leche. A esto se denomina alimentación complementaria (link is external). Son alimentos que “complementan” la leche, pero NO la sustituyen. La leche (preferiblemente materna) sigue siendo la principal fuente nutritiva durante todo el primer año de vida y una fuente importante de nutrientes en el segundo año y después.¿Por qué comenzar a partir de los 6 meses?
A partir de los 6 meses de vida, las necesidades nutricionales del niño aumentan y la leche no cubre sus requerimientos. Por otro lado, desde el punto de vista psicomotor, la mayoría de los bebés ya están preparados. Son capaces de mantenerse sentados, muestran interés por los alimentos, pueden cogerlos y llevarlos a la boca. Además, a esta edad se pierde el reflejo de extrusión, que hace que los niños expulsen la cuchara con la lengua. También saben mostrar hambre o saciedad con sus gestos. Es, por tanto, la edad idónea para comenzar a probar nuevos alimentos, sabores y texturas.¿Qué alimentos se pueden ofrecer?
Entre los 6 y 12 meses se pueden introducir prácticamente todos los alimentos, salvo los pequeños y de consistencia dura (como los frutos secos, trozos de zanahoria cruda, uvas), por el riesgo de atragantamiento. El orden es totalmente indiferente. No es necesario ceñirse a un estricto calendario de introducción que puede provocar frustración y confusión a los padres. No obstante, es aconsejable ofrecer cuanto antes alimentos que contengan hierro, como las carnes y los cereales enriquecidos con hierro.Lo ideal es ofrecer alimentos propios de la zona, según la cultura y los gustos familiares, introduciendo gradualmente una dieta variada y agradable. La comida es un acto social, por lo que es buena idea que el niño coma con el resto de la familia, probando los mismos alimentos y aprendiendo de ellos.
Al principio, no se deben dar alimentos que pueden contener muchos nitratos (como la remolacha, espinacas y zanahoria). Tampoco se debería añadir azúcar ni sal durante el primer año. Después, es conveniente utilizar pequeñas cantidades de sal yodada.
En cuanto al gluten (contenido en el trigo, cebada y centeno), lo más adecuado es introducirlo en pequeñas cantidades, al mismo tiempo que se continúa dando el pecho. Dejar que el niño mordisquee un trozo de pan es una forma fácil de ofrecerlo.
Si el bebé hace unas 4 tomas de pecho diarias, no necesita otros alimentos lácteos (como yogur, queso, “leches artificiales” en papillas). No es necesario introducir “leche artificial” para preparar las papillas de cereales industriales en un bebé amamantado. Algunas alternativas son prepararlos con leche materna extraída, con las verduras o con las frutas. Se pueden utilizar cereales que se disuelven en agua, sémola de arroz (cereal sin gluten) o sémola de trigo, pan o pasta (cereal con gluten).
La leche de vaca no se debe dar antes de los 12 meses de edad (puede producir microsangrado intestinal). Los derivados lácteos también se deben evitar en el primer año en niños con alto riesgo de desarrollar alergia a las proteínas de la leche de vaca (antecedentes de alergia en familiares de primer grado). En niños de bajo riesgo alérgico es aceptable introducir pequeñas cantidades de derivados lácteos con el resto de alimentos, antes de los 12 meses, siempre que no se convierta en la bebida principal.
¿Cómo se ofrecen?
Empezar por pequeñas cantidades, que se irán aumentando a medida que el niño las acepte. Se debe introducir un alimento nuevo cuando el niño tome bien el anterior, para que se acostumbre al nuevo sabor y poder valorar la aparición de intolerancias o alergias.Los nuevos alimentos se pueden dar en forma de purés, triturados o semisólidos, ofreciéndolos preferiblemente con cuchara o vasito, tratando de evitar el uso de biberones para no entorpecer la lactancia materna y para que vaya aprendiendo a utilizar estos utensilios para comer.
Es importante dejar que el niño vaya probando, respetar sus gustos, alimentarle despacio y con paciencia, minimizando las distracciones (evitar la televisión) y, sobre todo, no forzar ni obligarle a comer. Hay que recordar que hasta el año de vida se debe ofrecer primero el pecho y luego los otros alimentos que complementan a la leche.
Información elaborada por el Comité de Lactancia Materna de la Asociación Española de Pediatría.
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