1️⃣Anota lo que tengas pendiente de hacer. No abuses de tu memoria. Con ello obligas a tu cerebro a que esté pendiente de información que se puede perder y que, de ser así, te ocasionaría un trastorno. Cando haces listas o anotas las cosas, te relajas sabiendo que ya no se te va a olvidar la información.
2️⃣Distánciate. Existen preocupaciones de las que no podemos ocuparnos porque su solución no depende de nosotros en ese momento. Trata de no hablar con esas ideas, da las gracias a tu mente y lleva tu atención al momento presente.
3️⃣Haz ejercicio. Cuando la cabeza empiece a centrifugar, ponte la ropa de deporte y sal a correr, a caminar o baila dónde estés. El ejercicio calma la mente y permite pensar con más serenidad.
4️⃣Medita diariamente. La meditación te ayudará a trabajar tu atención, a poder estar presente en lo que haces sin dejar que la tormenta de pensamientos se apodere de ti.
5️⃣Anota lo que te preocupa. Ten a mano una lista de preocupaciones, de tal manera que le puedas dedicar diez minutos al día para pensar en ello. Pero no más, diez minutos.
6️⃣Tú no eres tus pensamientos, tú eres tus acciones. Si los pensamientos te invaden, piensa que en gran parte permanecen en tu mente gracias al valor que les das.
7️⃣Pide otro punto de vista. Es bueno contar con la perspectiva de otras personas, nos pueden dar consejos, abrir los ojos o flexibilizar y relativizar la preocupación.
8️⃣Estate en el presente. Una tarea a la vez. Aprende a trabajar, relacionarte y disfrutar de tu tiempo de ocio
estando en el aquí y en el ahora. Conéctate con el momento, con la mente, el cuerpo y los sentidos.
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