Los fibromas uterinos son tumores benignos que se desarrollan en la pared del útero.
Los fibromas uterinos son uno de los tumores más comunes en mujeres en edad reproductiva. Se estima que entre el 40% y el 89% de las mujeres premenopáusicas tienen fibromas, que pueden variar en tamaño desde 1 cm hasta más de 20 cm. Las mujeres de raza negra afectadas tienen una mayor cantidad y tamaño de fibromas y experimentan síntomas más graves a causa de los fibromas que las mujeres blancas. Los fibromas son la principal causa de histerectomía en los EE. UU. 1
¿Cuáles son los signos y síntomas de los fibromas uterinos?
Aunque los fibromas pueden no causar síntomas en algunas personas, los signos y síntomas típicos pueden incluir sangrado menstrual abundante o prolongado, agrandamiento del área abdominal inferior, micción frecuente o dificultad para vaciar la vejiga, estreñimiento, dolor en el abdomen, la espalda baja, la pelvis o el recto o dolor durante las relaciones sexuales, infertilidad y deficiencia de hierro y recuento bajo de glóbulos rojos (anemia).
¿Cómo se diagnostican los fibromas uterinos?
Los fibromas suelen sospecharse en función de antecedentes de sangrado intenso u otros síntomas característicos causados por los fibromas. El examen pélvico puede revelar un útero agrandado o de forma irregular. La prueba diagnóstica de primera línea es la ecografía pélvica, un procedimiento no invasivo que revela la cantidad, el tamaño y la ubicación de los fibromas en el útero. La resonancia magnética puede proporcionar información más precisa sobre el tamaño y la ubicación de los fibromas para ayudar a guiar el tratamiento. Algunas personas pueden someterse a un procedimiento mínimamente invasivo para visualizar los fibromas y/o realizar una biopsia del tejido uterino.
Decisiones sobre el tratamiento de los fibromas uterinos
Las pacientes y los médicos deben tomar decisiones compartidas sobre el tratamiento de los fibromas. Entre las consideraciones se incluyen la ubicación, el tamaño y la cantidad de fibromas; los síntomas de la paciente y las preferencias de tratamiento; otras afecciones médicas; el deseo de un futuro embarazo; los problemas actuales de fertilidad; y el deseo de conservar el útero incluso si la paciente no desea quedarse embarazada. Las personas asintomáticas con fibromas o aquellas que no están listas para comenzar el tratamiento pueden someterse a un control de rutina por parte de su médico.
Tratamientos médicos para los fibromas uterinos
Los tratamientos médicos para los fibromas se clasifican como tratamientos hormonales y no hormonales. Los tratamientos no hormonales incluyen medicamentos antiinflamatorios no esteroides (como ibuprofeno o naproxeno) para el dolor y el sangrado menstrual abundante, ácido tranexámico para el sangrado abundante y suplementos de hierro para la anemia ferropénica.
Los tratamientos hormonales reducen el sangrado al adelgazar el revestimiento del útero; estos incluyen píldoras anticonceptivas orales, progestinas orales, dispositivos que liberan una hormona (levonorgestrel) dentro del útero y análogos de la hormona liberadora de gonadotropina.
Cirugía o procedimientos para tratar los fibromas uterinos
El tratamiento quirúrgico, que puede realizarse mediante una incisión abdominal o mediante técnicas mínimamente invasivas, incluye la extirpación de los fibromas (miomectomía) o la extirpación del útero (histerectomía). La miomectomía preserva el útero, lo que permite un futuro embarazo. La histerectomía es el único tratamiento definitivo de los fibromas, pero impide un futuro embarazo.
Existen varios procedimientos disponibles para tratar a las personas con fibromas. La embolización de la arteria uterina disminuye el suministro de sangre a los fibromas para reducir su tamaño y el sangrado. La ablación endometrial se dirige al revestimiento uterino para disminuir el sangrado, pero no trata directamente los fibromas. La resección endometrial histeroscópica es un procedimiento mínimamente invasivo que elimina el revestimiento uterino para reducir los síntomas de sangrado. El ultrasonido de alta intensidad trata los fibromas con calor y actualmente es el único tratamiento no quirúrgico aprobado para personas con fibromas que desean tener hijos en el futuro.