BENEFICIOS DE LA LACTANCIA MATERNA:
ES LO NATURAL: La leche materna es la que mejor se
adapta a las necesidades de cada bebé. Esto ocurre así en la naturaleza
para todas las especies. También en las personas. Y todas las madres
pueden hacerlo.¡Disfrútalo!
ES MUY FÁCIL: El niño ya sabe mamar por instinto. Ponlo al pecho y, eso sí, ponte cómoda.
ES MUY CÓMODO: Siempre está a mano, estés donde
estés. No necesitarás aparatos esterilizadores, calentadores, biberones
ni otro equipo adicional. Puedes viajar, ir a la playa, al campo…
ES MUY AGRADABLE: Madre e hijo disfrutaréis de una dulce intimidad y de una experiencia única.
FAVORECE EL CRECIMIENTO DEL NIÑO: La leche materna se
adapta a las necesidades del niño en cada momento y también a su
capacidad de digestión.
LE PROTEGE DE ENFERMEDADES: La leche materna contiene
defensas vivas. Los niños que toman el pecho rara vez sufren
infecciones, tienen menos episodios de otitis y diarreas y también se
retarda la aparición de alergias. El niño alimentado con leche
artificial enferma unas 10 veces más en los primeros 2 años de vida por
término medio.
TE PROTEGE DEL CÁNCER: Las mujeres que amamantan tienen menos riesgo de padecer cáncer de mama antes de la menopausia.
TE AYUDA A ADELGAZAR: Si amamantas y te cuidas un
poco (¡no hay que comer para dos!), recuperarás pronto tu peso ideal
porque dar el pecho supone un gasto extra de energía. Además, donde más
se nota la pérdida de centímetros es en las caderas.
ES MUY BARATO: El gasto generado por la alimentación
artificial de un bebé ronda los 600-700 euros durante el primer año de
vida.
SE ADAPTA A VUESTRAS NECESIDADES: La leche materna
puede extraerse, almacenarse y conservarse de modo que todo el valor
nutritivo y protector de tu leche se lo podrás dar a tu hijo incluso si
no estás a su lado y después de reincorporarte al trabajo.
FISIOLOGÍA:
La glándula mamaria, es el órgano que define a los
mamíferos, es decir, a los animales que amamantan a sus crías entre los
que se encuentra el ser humano. Este órgano recibe mensajes hormonales
indicándole que debe empezar a producir leche durante la gestación. Así,
a medida que la gestación avanza, el cerebro de la madre aumenta
progresivamente la producción de PROLACTINA, la hormona productora de
leche. Hacia el final del embarazo, la cantidad de prolactina queda
estable pendiente de que tenga lugar el parto. Pero esta leche producida
gracias a la prolactina no podrá salir del pecho materno a menos que se
produzca otra hormona, la OXITOCINA, la hormona excretora de leche.
Esta hormona se eleva durante el parto (es la misma que produce las
contracciones del útero durante el nacimiento) y sólo alcanza niveles
adecuados para permitir la salida de la leche cuando el niño mama
adecuadamente, con un “buen agarre”. En resumen, la PROLACTINA produce
la leche y, el buen agarre del niño al mamar produce la OXITOCINA para
que esta leche salga y alimente al niño. Cuando el pecho se vacía
completamente, se estimula de nuevo la producción de prolactina y así la
subida de la leche. De este modo, el cerebro materno, recogerá la
información acerca del número de tomas con vaciamiento del pecho durante
2 días, lo analizará y producirá la leche justa para esos
requerimientos.
“LAS 3 LEYES DE LA LACTANCIA MATERNA”
Una correcta lactancia materna se basa en 3 pilares básicos que deben cumplirse basados en el funcionamiento explicado:
– Buen agarre: Correcta técnica de amamantamiento.
– Vaciamiento: El niño debe vaciar al menos 1 pecho en cada toma.
– A demanda: El niño debe mamar “cuando lo pida”, no “cuando le toque”.
BUEN AGARRE:
– El niño debe mamar de frente al pecho, de modo que no tenga que girar su cabeza para poder coger el pecho.
– El niño debe abrir la boca por completo y coger no
sólo el pezón sino la mayor cantidad de areola posible de modo que, su
lengua y labio inferior quede por debajo de la areola.
– Para facilitar el correcto agarre, la madre debe
ayudar cogiendo el pecho con su mano contraria en forma de “C” para así
introducirlo en la boca del niño.
VACIAMIENTO:
El niño no debe pasar a otro pecho si previamente no ha vaciado el primero. Es fundamental por dos motivos:
– Al final del vaciamiento es cuando el niño “saca”
la grasa de la leche y con ello el aporte de calorías que necesita para
desarrollarse y para aprender a desarrollar el sentido de hambre y
saciedad.
– El vaciamiento es el estímulo necesario para la
producción de prolactina y por ella de leche de modo que sólo un
correcto vaciamiento garantiza la continuada producción de leche.
– Notarás que el pecho se vacía porque desaparece la
sensación de tensión del mismo y porque el ritmo de succión del niño se
ha hecho progresivamente más lento y profundo (el final de la leche, con
grasas, es más espeso y le cuesta más sacarlo).
– Entre pecho y pecho, el niño puede quedar con
cierto “sopor”. Despiértalo hablándole, frotándole la espalda y
estimulándole a que expulse gas. Después ponlo en el otro pecho. Lo
normal es que el segundo pecho no lo termine, no hay problema, sólo
debes recordar que en la próxima toma debes empezar por ese pecho y así
sucesivamente. Para no olvidarlo marca que pecho te toca cada vez
colocando una pinza o cinta en la tiranta del sujetador.
A DEMANDA:
Como hemos comentado antes, es el propio ritmo de
tomas del niño el que marca la producción de leche que se precisa y éste
se va ajustando a la edad del mismo. Así, no debe haber otra indicación
para dar el pecho que “cuando él lo pida”. Verás como él mismo va
distanciando progresivamente las tomas.
Recuerda que no se deben incumplir ninguna de estas leyes. Si
alguien te da un consejo, antes de valorarlo, fíjate bien primero si
respeta estas 3 leyes. Si no lo hace, deséchalo. Si las cumple, pruébalo
si quieres. En caso de duda, consulta con el pediatra.
EL INICIO DE LA LACTANCIA:
Las primeras 48 h de vida de vuestro hijo hay algunas consideraciones
especiales respecto a la lactancia que debes conocer pues es la fase
fundamental en el inicio de la misma. En las primeras horas de vida del
recién nacido, este presenta un déficit calórico importante debido al
trabajo realizado durante el parto y por otro lado un exceso de líquido
(edemas) que debe perder en los primeros días. A esta circunstancia se
adapta la lactancia y así, en estas 48 horas, se produce en el pecho lo
que conocemos como CALOSTRO, una leche muy concentrada con gran cantidad
de calorías y poca cantidad de agua que es justo lo que necesita el
niño en estas primeras horas de vida. Precisamente por esa producción de
calostro, la madre, no notará en esos días “subida de la leche”, pues
sólo se producen unas gotas que no llegan a hinchar el pecho y que es lo
que el niño necesita. Recuerda que en cada toma el niño sólo tomará
unos 5-7 cc de leche. Del mismo modo no notaremos sensación de
vaciamiento por lo que deberemos mantenerlo en cada pecho hasta que deje
de mamar. Dado el cansancio lógico del recién nacido, es muy frecuente
que no llore pidiendo comer por lo que en estos dos primeros días, y
sólo en estos dos primeros días, la lactancia no será a demanda,
debiendo ofrecerle el pecho cada 2 h aunque no lo pida. Así aseguraremos
que el niño toma lo que precisa y que el pecho se vacía para estimular
la producción de leche. Tras estos 2 días, ofreciendo el pecho cada 2
horas hasta que deje de mamar, la madre experimentará la subida de la
leche.
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