La alteración de la comunicación es una de las
manifestaciones más tempranas de la enfermedad de Alzheimer, después de los
problemas relacionados con la memoria. Se estima que alrededor del 40% de los
pacientes en fase leve o moderada de la enfermedad presentan estas
alteraciones, mientras que la prevalencia en las fases severas es del
100%.
Conviene decir que no todos los aspectos del lenguaje se ven
afectados de la misma manera, y que existe gran variabilidad entre los sujetos
y entre las diferentes fases. A pesar de ello, podemos hacer uso de una
serie de pautas y buenas prácticas para favorecer la comunicación entre
paciente y cuidador o familiar.
Pautas para facilitar la comunicación con enfermos de
Alzheimer y otras demencias:
- Buscar temas de actualidad para mantener el contacto con la realidad.
- Buscar temas de interés que lo motiven.
- Dar tiempo a que intervengan y para que transmita lo que intenta decir.
- Pedir su opinión sobre las actividades a realizar (ayuda a mantener el sentido de autonomía, independencia y control de la situación).
- Ofrecer dos alternativas de respuesta (incluso sólo una)
- Preguntar, incluso si sólo puede responder si/no (¿te gusta la camisa? ¿tienes hambre?)
- Utilizar todos los sentidos para ayudar a recordar e iniciar una conversación
- Mostrar fotos antiguas para recordar memorias remotas y situaciones placenteras.
- Utilizar la música como medio de expresión de sentimientos y para evocar palabras
- Potenciar lenguaje automático (poesías, canciones…)
- Utilizar el juego para comunicarse e interaccionar con los demás
- Intentar enseñarle visualmente lo que se le quiere decir.
- Decir las cosas de manera sencilla
Poniendo el foco en la comunicación verbal:
- Hablar en forma suave y pausada transmite seguridad.
- Se debe adecuar el lenguaje a las nuevas y constantes limitaciones que impone la enfermedad.
- Los comentarios hechos con sentido del humor suelen ser más eficaces que el uso de imperativos.
- A pesar de que la capacidad de entender y de seguir conversaciones disminuye, es importante incluir al enfermo en conversaciones en las que él pueda participar en alguna medida.
- Ante preguntas o explicaciones sin sentido se debe evitar la discusión. Es mejor cambiar de tema o seguirle la corriente, pero sin añadir elementos que puedan confundirlo más.
La importancia de la comunicación no verbal y del lenguaje
corporal:
- Hacer que la comunicación verbal y la no verbal coincidan.
- La mirada y la expresión facial no deben mostrar preocupación
- Toma mucha más relevancia la comunicación no verbal.
- Se debe transmitir a la persona enferma sensación de seguridad.
- Gesticular poco a poco.
- No se le debe poner nerviosa ni verbal ni físicamente.
- La persona afectada por esta enfermedad es extremadamente sensible al interpretar el estado
- El humor de las personas que le rodean tiene un efecto directo sobre el estado de ánimo del enfermo.
- Tocar con cariño al enfermo, acariciarlo, es una buena manera de transmitirle seguridad, si lo acostumbró antes.
- Ponerse siempre delante del enfermo, presentarse y mirarle a los ojos.
- Acercarse a la persona de frente y lentamente.
- Tocarles antes de hablar, para que no se asusten
- Transmitir sentimiento de bienestar y calor.
- El contacto físico ha de ser amable y suave para mostrar amor y cuidado
- No utilizar la fuerza, ni gritar
- Mantener el contacto visual
Adecuando nuestra manera de hablar:
- Hablar lenta y claramente
- Utilizar lenguaje sencillo y frases cortas.
- Usar palabras familiares.
- Utilizar frases concretas y cortas.
- Usar un vocabulario sencillo
- La conversación debe ser simple, pero al nivel de adulto (no tratar como si fuese un niño)
- No levantar el tono de voz
- Ser positivos. Hablar en positivo
- Acompañar el habla con gestos ligeramente exagerados y valiéndose de la expresión facial y otros signos de comunicación no verbal.
- La comunicación verbal y no verbal debe ser coherente
Cómo facilitar la comprensión:
- Saber escucharlos, observar las expresiones de la cara y los gestos.
- Repetir la información utilizando otras palabras
- No fingir que ha entendido el mensaje si no lo ha hecho, puede producir frustración para ambas partes.
- Observar la respuesta del paciente al contacto físico (aceptación, más reacios…) y adecuar este contacto según la necesidad de cada persona.
- Potenciar cualquier otro sistema de comunicación (visual, propioceptivo, con sonidos no verbales…)
- Asegurarnos que nos ha entendido
- Hacer referencias continuas sobre la persona o el tema del que se está hablando
- Tratar de orientarles utilizando nombres de los familiares y tipo de parentesco
- Hablar de temas o sucesos que puedan recordar, o de cosas simples o cotidianas
- No saltar de un tema a otro de la conversación
- Poner atención al tono emocional con que habla.
- Mantener la calma y ser pacientes
Simplificar las actividades:
- Dar instrucciones paso a paso.
- Utilizar instrucciones simples y sencillas: “Vamos a preparar la ensalada”, “Coge un tomate”, “Ahora, coge una zanahoria”…
- Facilitar que participe de la conversación.
- Hacer las preguntas de una en una.
- En situaciones sociales, evitar las conversaciones rápidas en las que varias personas hablan a la vez, o se cambia rápidamente de tema.
Cómo actuar ante preguntas repetitivas:
- Manteniendo la calma.
- Con respuestas sencillas.
- Pidiendo participación del paciente (mira el reloj de la pared...).
- Utilizando mecanismos de distracción: distraiga a la persona enferma con algo distinto para ver, oír o hacer.
- Escriba la respuesta a las preguntas más frecuentes. Abrácela y demuéstrele cariño, si es apropiado para la persona.
Por último, pero no menos importante: las actitudes
- Una escucha activa puede ayudarle a responder de forma positiva.
- Evitar dar informaciones erróneas o hacer falsas promesas.
- Ayudar y estimularles a ejercitar las tareas que puedan desempeñar.
- Respetar las cosas que son importantes para el paciente (higiene personal, no hablar de ellos ante otras personas, respetar sus costumbres, creencias...).
- Expresar los sentimientos con palabras afectuosas y caricias. Estimularlos y ayudarlos a demostrar su afecto.
- Tener mucha paciencia. Dejarles tiempo suficiente para actuar y/o rectificar.
- Ser comprensivos y tolerantes.
- No reñirlos, no avergonzarlos, no hacer comentarios negativos.
- Participar con ellos en las actividades, supervisarlos y estimularlos.
- Durante la realización de AVD, descomponer las actividades complejas en varias sencillas, siguiendo siempre los mismos pasos, en el mismo orden y acompañarlo con instrucciones claras y sencillas.
- Si no responde a instrucciones: imitación.
- Evitar discusiones sobre ideas falsas o equivocadas.
- Ser flexibles, adaptarnos a: las necesidades y el ritmo del paciente, los cambios de comportamiento y al estado actual del paciente (modificar nuestro forma de comunicarnos en función de la evolución).
- Escuche y aprenda a reconocer los sentimientos y emociones, más que las palabras.
Aritz Arozarena
Enrique Gómez
Enrique Gómez
Equipo de psicología - Dependentia
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