En esta época del año, con el curso escolar ya comenzado, es muy frecuente que empiecen a llegar notificaciones a los padres desde los centros escolares explicando que han aparecido casos de pediculosis en la clase de sus hijos. Casos de pediculosis, o lo que es lo mismo, piojos en sus cabecitas.
Los piojos se convierten, cada año, en los grandes protagonistas. Hace unos años su incidencia se daba en el comienzo del curso escolar. Hoy día, están presentes todo el año. ¿Y por qué ocurre esto? Pues porque sigue siendo un tema tabú, nos avergüenza hablar de ello y decir que nuestros niños tienen “pipis”. Se sigue relacionando la presencia de piojos con una falta de higiene, con ser un paria social.
La presencia de piojos o liendres en la cabeza de nuestros hijos debe ser tratada de forma contundente y sin miramientos. En la actualidad existen numerosos productos en las farmacias españolas destinados a combatirlos. Los pediculicidas tradicionales (lociones anti piojos) contienen permetrina, malatión y fenotrina. Su uso ha sido muy amplio lo que ha conducido a la aparición de focos de resistencia. Por eso cada vez son menos recomendables. Los nuevos pediculicidas ya no contienen insecticidas químicos. Contienen dimeticona y ciclometicona, unos derivados de la silicona. Actúan ahogando al piojo y evitando su reproducción. No son tóxicos para quién lo utiliza y no dañan el cuero cabelludo. Para lograr una eficacia completa es necesario seguir muy bien las instrucciones de uso y no olvidarnos de repetir el tratamiento a los 7 días, logrando así que todos los piojos y liendres desaparezcan del cabello.
Los tratamientos anti piojos deben ser complementados con tratamientos físicos directos al pelo, es decir, con el uso de liendreras que logren separar a la liendre del pelo, evitando así que eclosione liberando una ingente cantidad de piojos, los cuales a su vez puedan poner nuevos huevos (liendres), comenzando un nuevo ciclo infeccioso. El uso de la liendrera debe ser diario, teniendo especial cuidado en la zona de la nuca y detrás de las orejas. Estas zonas son las más cálidas en nuestra cabeza, favoreciendo así que los piojos pongan ahí sus liendres.
La prevención de los piojos no está del todo clara. En los últimos tiempos se ha puesto de manifiesto como sustancias del tipo Árbol del Té, podrían tener un efecto protector frente a estos parásitos. No obstante, los resultados no son del todo claros.
El mundo de los piojos está envuelto con una serie de mitos y leyendas que conviene aclarar para evitar así su difusión. Los piojos ni saltan ni vuelan de una cabeza a otra. Los piojos no tienen alas y sólo pueden pasar de una persona a otra por un contacto muy directo entre cabezas. Los piojos no tienen especial apetito por los cabellos sucios o por las largas melenas. Es decir, la falta de higiene no tiene nada que ver con que una persona tenga piojos. Sí lo puede tener el hecho de que esa persona tenga menos recursos o menos acceso a los tratamientos, lo que puede acarrear que su estado de infestación sea mayor que el otra persona. Los animales no nos contagian los piojos. Las liendres no se pueden contagiar, sólo se pueden mover de una cabeza a otra los piojos. Estos piojos no muerden y no transmiten ninguna enfermedad. El picor relacionado con los piojos se debe a la producción de saliva que estos producen para poder alimentarse en nuestras cabezas.
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