El catarro o resfriado es un episodio de obstrucción
nasal, aumento de moco y tos que se tienen sobre todo en invierno.
Incluyen una variedad de síntomas que se deben a la inflamación de la
mucosa que recubre las vías respiratorias y que va desde la nariz a los
bronquios. Los síntomas suelen estar mezclados. Según el que más
predomine se dirá que se tiene una rinitis (moco nasal), una faringitis
(dolor de garganta), una laringitis (tos ronca) o una bronquitis (tos y
ruidos respiratorios). Pueden tener también fiebre. Ésta se ve con más
frecuencia cuanto menor sea la edad de quien sufre el catarro.
Los mocos y los estornudos sirven para limpiar la
nariz, así nos deshacemos de los gérmenes. Los resfriados están causados
por virus. Nuestro organismo se defiende de estos virus produciendo
neutrófilos, que son los encargados de destruir estos gérmenes. Estos
neutrófilos producen una sustancia llamada peroxidasa que es la que da
el color verde a los mocos.
El color no dice si se necesita o no antibiótico. Los resfriados están producidos por virus. Por lo tanto, los antibióticos no sirven.
Los antibióticos no acortan su duración ni hacen que
no se compliquen. Su uso favorece el desarrollo de resistencias a éstos.
Sólo los analgésicos-antitérmicos (paracetamol, ibuprofeno, etc.) y no
de forma sistemática, sirven para aliviar los síntomas.
Más información en la página de la Asociación Española de Pediatría.
En niños pequeños el exceso de mucosidad entorpece su
respiración, ya que no saben respirar por la boca. A veces, también les
impide comer y dormir. Por estos motivos es importante limpiarles de
vez en cuando. Siempre es mejor hacerlo suavemente intentando no dañar
la mucosa nasal. ¿Cómo y cuándo realizarlos?. Este vídeo del Blog de Rosa nos ayudará a hacerlos de forma fácil.