La administración de medicamentos vía tópica es el procedimiento mediante el cual se proporciona el fármaco al organismo a través de la piel o las mucosas de determinados órganos con el objetivo de conseguir un efecto a nivel local, únicamente en el lugar donde se aplica.
Los
fármacos de aplicación tópica son absorbidos por los vasos sanguíneos
de la piel o las mucosas. La absorción del medicamento puede verse
afectada por la naturaleza de la piel o el estado de las mucosas y el
producto que se va a administrar. Los posibles efectos secundarios del
principio activo pueden evitarse o reducirse al mínimo mediante la
aplicación tópica en el área de la lesión para que el efecto sea local.
La
vía tópica incluye la administración del medicamento a través de la
piel (vía cutánea o transdérmica), del ojo (vía oftálmica), la nariz
(vía intranasal) o a través del oído (vía ótica). Estas vías se utilizan
cuando se pretende disminuir el picor de la piel o la inflamación en un
lugar concreto, conseguir vasodilatación o vasoconstricción, tratar o
evitar infecciones locales o conseguir un efecto mantenido del
medicamento.
Vía cutánea
Generalmente,
el término de vía tópica propiamente dicho se utiliza cuando se aplican
medicamentos para ser absorbidos a través de la piel sin necesidad de
ser inyectados. La piel hace de barrera e impide que el medicamento
alcance la sangre.
La piel está compuesta de las siguientes capas:
Para
conseguir su efecto, el medicamento debe acceder a la dermis. El
fármaco se administra en forma de cremas, lociones, pomadas o ungüentos.
Cualquier medicamento de uso tópico está formado por el principio
activo y el excipiente. El uso de cada excipiente se escoge en función
de la localización, la humedad y la inflamación de la lesión así como el
grado de absorción del principio activo para conseguir el efecto
deseado.
La
correcta hidratación cutánea facilita la penetración de muchos fármacos
a través de la piel sin embargo hay que tener precaución en situaciones
donde la piel esté dañada, como en el caso de los quemados, ya que el
medicamento puede penetrar fácilmente y alcanzar la sangre.
Vía transdérmica
También se conoce como vía percutánea. Se trata de la administración a través de la piel, pero en este caso sí se producirá absorción a nivel sistémico.
Esta
vía permite la administración del fármaco a una velocidad programada o
durante un tiempo predeterminado, de manera que se puede conseguir una
concentración constante en sangre y mantenida en un periodo de tiempo.
El
principio activo ha de atravesar en primer lugar la capa córnea, por lo
que la absorción percutánea viene limitada por esta capa de la piel. Si
esta se encuentra inflamada aumenta la absorción de fármaco. Por norma
general, la absorción es menor en la vejez y mayor en la infancia,
puesto que en los niños la epidermis está inmadura.
Algunos fármacos que se administran vía transdérmica son la nicotina o el fentanilo en forma de parches.
Vía oftálmica
Los medicamentos se aplican directamente sobre la conjuntiva del ojo.
Esta vía se utiliza para diagnóstico o tratamiento de patologías
oculares sin necesidad de recurrir a la vía sistémica (como la vía oral)
ya que el fármaco actúa sólo en los ojos. Se administra en forma de
colirio o pomada oftálmica y puede entrar a través de las membranas
celulares de la córnea (epitelio y endotelio) o a través de la
conjuntiva, que presenta mayor área de absorción.
Aquí os dejamos un vídeo sobre como administrar colirios y pomadas oftálmicas:
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