Los medicamentos están formados entre otras cosas por principios activos. Son
sustancias que han sido diseñadas para tratar alguna enfermedad
concreta. ¿Cuál es el problema? Que es muy complicado que un principio
activo haga solo la función que nos interesa en nuestro organismo. De
hecho, lo más normal es que también afecte a otras funciones,
produciendo tanto efectos favorables como efectos adversos indeseables. Uno de estos efectos secundarios de los medicamentos son las alteración del sueño.
Por
ejemplo, existen medicamentos, como los hipnóticos, cuya función
principal es inducir el sueño. En cambio, como ya sabéis, los
antihistamínicos utilizados para la alergia, además de quitarte la
congestión nasal, tienen como efecto indeseable producir somnolencia.
A
diferencia del café, que sabemos que puede producir insomnio,
determinar el tipo y la intensidad de la alteración del sueño que
provoca un medicamento no es tan fácil como puede parecer. Lo podemos
comprobar viendo como en muchos prospectos (imagen inferior) aparecen
dos reacciones adversas en principio contrarias: somnolencia e insomnio.
¿Cómo puede ser eso? Existe una trampa, puesto que esos efectos
adversos se basan en estudios y son simple estadística. Y como bien dijo
Mark Twain: “Hay tres tipos de mentiras: Las Mentiras, las Malditas
Mentiras y las Estadísticas.” ¿Qué queremos decir? Que habrán personas
que experimenten somnolencia, otras que tengan insomnio y un tercer
grupo a los que no les pase nada. Dicho en otras palabras, las
alteraciones del sueño dependen mucho de cada persona.
Medicamentos
Tras
esta descripción del problema vamos a poner algunos ejemplos. Aunque si
tuviéramos que hacer un listado de todos los medicamentos que producen
alteraciones del sueño lo único que conseguiríamos hacer es que os
durmierais y no terminarais de leer el tema. Así que os vamos a poner un
listado breve de las familias más importantes de medicamentos:
- Alfabloqueantes: Se usan para la tensión arterial (doxazosina) y para la hiperplasia benigna de próstata (tamsulosina). Parece ser que afecta en ocasiones a la arquitectura del sueño provocando un descanso inadecuado.
- Betabloqueantes: Utilizados para tratar la hipertensión, arritmias y la insuficiencia cardíaca (atenolol, bisoprolol). Pueden provocar trastornos del sueño y pesadillas.
- Corticoesteroides: Tienen principalmente una función antiinflamatoria (prednisona, dexametasona). Generan un sensación euforizante e insomnio. Por lo que normalmente se recomienda que se eviten tomar por las noches.
- Antidepresivos ISRS (Inhibidores Selectivos de la Recaptación de Serotonina): Para tratar la depresión (fluoxetina, escitalopram). Provocan el aumento de serotonina en el cerebro, neurotransmisor que además de influir en el estado de ánimo también regula la función del sueño.
- IECA (Inhibidores de Enzima de Conversión de la Angiotensina) y ARA-II (Antagonistas de Receptores de la Angiotensina II): Para tratar la hipertensión (enalapril, losartan). Al poder producir un acumulo de potasio en el organismo puede generar alteraciones del sueño.
- Inhibidores de la colinesterasa: Para evitar la progresión de la enfermedad de Alzheimer (donepezilo, rivastigmina). Como su función está en estimular la presencia de un neurotransmisor cerebral puede provocar alteraciones del sueño.
- Antiparkinsonianos: Para tratar los síntomas asociados al Parkinson (bromocriptina). Al estimular la síntesis del neurotransmisor dopamina en el cerebro puede afectar al ciclo del sueño entre otros efectos adversos.
- Antihistamínicos de 1ª generación: Para tratar congestiones y otros síntomas relacionados con alergias. Causan típicamente somnolencia y en ocasiones se emplean para inducir el sueño ya que no requieren receta médica, el ejemplo es la doxilamina (Dormidina®). Los antihistamínicos de 2ª generación, más nuevos, no provocan este efecto tan habitualmente.
- Benzodiacepinas: Se utilizan para la ansiedad (diazepam) y como relajantes musculares (midazolam). En ocasiones son útiles para inducir el sueño ya que reducen la sensación de ansiedad.
- Estatinas: Para controlar el colesterol alto (simvastatina, atorvastatina). Pueden producir pesadillas e insomnio.
Hay
que aclarar que esta descripción no significa que os vayan a producir
alteraciones del sueño. Ni que las alteraciones de sueño que podáis
tener sean debidas a ese medicamento.
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