La Sociedad Española de Farmacéuticos de Atención Primaria (Sefap)
ha emitido un comunicado, en relación con la utilización de fármacos
para adelgazar, y ha señalado que, según las guías actuales, "el uso de
fármacos para adelgazar se debe considerar solamente en aquellos pacientes
que no puedan conseguir una pérdida de peso deseable con los cambios de
hábitos, actividad física y dieta". Además, tal como destaca Laia
Robert, miembro de la Sociedad y especialista en Información de
Medicamentos, "deberían utilizarse siempre bajo supervisión médica,
tanto en lo que respecta a su consumo como a las dosis recomendadas".
La experta recuerda que, además de no
estar financiados por el SNS y suponer un importante coste para el
paciente, los riesgos asociados a este tipo de fármacos "no justifican,
salvo en casos extremos, los beneficios aportados, ya que suelen tener
un impacto muy modesto y una vez suspendido su uso se recupera el peso".
Sobre las citadas guías clínicas, Sefap apunta que el tratamiento del sobrepeso y la obesidad
debe iniciarse con una terapia no farmacológica que incluya educación y
cambios nutricionales (principalmente la restricción de la ingesta
calórica), cambios de hábitos e incremento de la actividad física.
La elección debe guiarla el médico
Y en caso de que estas pautas no funcionen
y se necesite de verdad tratamiento, Ángel Mataix, presidente de la
Sefap, subraya que "la decisión de utilizar uno u otro tratamiento
corresponde al médico y es indispensable para la seguridad de los pacientes evitar la automedicación, ya que este tipo de fármacos pueden generar efectos adversos como la incontinencia fecal, cálculos renales, náuseas, aumento de la presión arterial, hipoglucemias o cefaleas".
De hecho, desde Sefap recuerdan que estos
medicamentos se han asociado a lo largo de su historia con diversos
problemas de seguridad, que han llevado a la retirada del mercado de 25
de ellos entre 1960 y 2009. Robert opina, en todo caso, que esta
situación "no debería causarnos alarma, ya que los medicamentos
aprobados en la actualidad tienen un perfil de seguridad aceptable, pero
sí hacernos ver la importancia de utilizar este tipo de fármacos
solamente cuando el médico lo considera necesario, en las dosis
adecuadas, y durante un tiempo limitado".
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