“Dry January” ("Enero sin beber"), una iniciativa de la ONG Alcohol Change UK que propone no consumir nada de alcohol durante el mes de enero. Ver la noticia en El País "Si dejo de beber alcohol hoy, ¿Cuánto tardaré en notar los beneficios?"
Un
mes libre sin alcohol es la manera perfecta de repensar la relación que tenemos
con su consumo, y de reflexionar sobre cuanto alcohol es mucho. Solo se
necesitan tres semanas para romper un hábito, por lo que esta podría ser una
ruta hacia un consumo de menor riesgo de alcohol. El Dry January británico comenzó
en 2013 con 4.000 personas, y ha recorrido un largo camino desde entonces, con
más de 100,000 inscripciones y 4 millones participantes en 2018. En la web se puede
encontrar una guía para afrontar el mes sin alcohol y una app de ayuda.
Los
beneficios a corto plazo de dejar de consumir alcohol han sido publicados
recientemente en el BMJ Open; “Short-term
abstinence from alcohol and changesin cardiovascular risk factors,
liver function tests and cancer-related growthfactors: a prospective
observational study”. Este estudio ha encontrado
hallazgos que demuestran que la abstinencia del alcohol, en bebedores moderados
a altos, mejora la resistencia a la insulina, el peso, la Presión Arterial, y
los factores de crecimiento relacionados con el cáncer. Estos datos respaldan
una asociación independiente del consumo de alcohol con el riesgo de cáncer, y
sugieren un mayor riesgo de enfermedades metabólicas como la diabetes tipo 2 y
la enfermedad del hígado graso.
Sobre
los beneficios a largo plazo de dejar de consumir alcohol, vale la pena leer el
artículo de diciembre de 2019 del JAMA: Alcohol and Cancer Risk Clinical and Research Implications. El articulo nos dice que conocemos la relación entre
consumo de alcohol y distintos tipos de cáncer, y que incluso el consumo de 1 o
2 unidades de alcohol aumentan el riesgo de cáncer de mama en mujeres. Y que
este aumentado riesgo no compensa la debatida influencia beneficiosa de la
ingesta de alcohol en la enfermedad cardiovascular. El consumo de alcohol se
asocia positiva y linealmente con un mayor riesgo de accidente cerebrovascular,
insuficiencia cardíaca, enfermedad hipertensiva mortal, aneurisma aórtico
mortal y enfermedad coronaria (excluido el infarto de miocardio, para el cual hay
una asociación protectora). Del mismo modo, se observa una relación
dosis-respuesta entre el consumo de alcohol y el riesgo de mortalidad por todas
las causas.
Paco Camarelles
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