martes, 27 de marzo de 2018

Dos Pediatras en Casa. Antibióticos: mitos y leyendas.

Los antibióticos son uno de los grandes avances de la medicina del siglo XX. Cuando un niño tiene una infección por una bacteria, los pediatras le prescribimos un antibiótico porque estos fármacos curan este tipo de infecciones. Sin embargo, alrededor de ellos existen muchas creencias sin ninguna base científica, lo que provoca que sean carne de cañón para que los padres se confundan sobre cuáles son las indicaciones y para qué se usan.
Hoy en el blog  escribimos sobre los antibióticos desmintiendo todos esos mitos y leyendas instalados en la cultura popular.

1. Si mi hijo tiene “infección” necesita un antibiótico. FALSO

Las infecciones son enfermedades causadas por bacterias, virus, hongos o parásitos. De todas ellas, solo en las infecciones causadas por bacterias los antibióticos son efectivos, ya que no son medicinas diseñadas para combatir al resto de microorganismos.

2. Si mi hijo tiene una infección por una bacteria necesita un antibiótico. VERDADERO (A MEDIAS)

Como hemos dicho en el punto anterior, los antibióticos son fármacos que eliminan bacterias y por tanto son el tratamiento de estas enfermedades. Sin embargo, hay infecciones causadas por bacterias que se solucionan sin antibiótico como es el caso de la mayoría de las gastroenteritis causadas por bacterías.

3. Hasta que no le mandan antibiótico a mi hijo, no se le va la fiebre. FALSO

La fiebre es un síntoma más de infección como pueden ser los mocos o la diarrea. En el caso de que la fiebre sea síntoma de una infección bacteriana, ésta desaparecerá al iniciar el antibiótico, mientras que si se debe a una infección por un virus, la fiebre continuará pese a la toma de antibiótico. Este es el motivo por el que muchos niños que inician un tratamiento antibiótico sin una indicación correcta persisten con fiebre.

4. Cuando el moco se pone verde es el momento de tomar un antibiótico. FALSO

Los mocos son un síntoma habitual en las infecciones respiratorias causadas por virus (link). Durante estas infecciones el moco suele cambiar de color (primero trasparente, luego amarillo y por último verde). Estos cambios no indican que la infección esté evolucionando peor o que se necesite antibiótico, simplemente es el proceso habitual en este tipo de infecciones, generalmente autolimitadas.

5. No es necesario completar el tratamiento antibiótico entero si la fiebre desaparece rápido. FALSO

Los tratamientos antibióticos deben realizarse durante los días indicados y administrando las dosis a las horas pautadas. Detrás de esta recomendación hay muchos estudios en los que se han probado diferentes opciones (cinco días, una semana, diez días; cada 8 horas, cada 12 horas…) hasta encontrar cuál es la más adecuada para tratar cada tipo de infección.
Así que, cuando los pediatras decimos a los padres que tienen que darle un antibiótico cada 8 horas durante una semana a su hijo no es porque nos apetezca fastidiar la dinámica familiar, es así porque es lo que está indicado. Además, los tratamientos incompletos aumentan las resistencias de las bacterias a los antibióticos, lo que puede dar lugar a un grave problema de Salud Pública.

6. Da igual el tipo de infección que tenga mi hijo porque al final siempre me mandan amoxicilina. FALSO

La amoxicilina es un antibiótico excelente y en pediatría se emplea en muchas ocasiones. Sin embargo, cada tipo de bacteriana tiene su antibiótico de elección concreto. De esta forma, el médico, en función del diagnóstico que realice (otitis, amigdalitis, infección de orina…) decidirá cuál es la mejor opción y no tiene porqué ser siempre la amoxicilina.

7. Muy bien señor pediatra, pero yo creo que es mejor el antibiótico ese de 3 días. FALSO

Como acabamos de decir, cada tipo de infección bacteriana tiene su antibiótico de elección. Desconfía del pediatra que te mande “el antibiótico de tres días” cada vez que tu hijo tiene tos, mocos o fiebre.

8. Tomar mucho antibiótico es malo porque llega el momento en que el cuerpo se acostumbra y deja de ser efectivo. FALSO

El cuerpo no se “acostumbra” al antibiótico, de tal forma que si la bacteria para la que se manda un antibiótico es sensible, éste será efectivo. Lo que es malo es tomar mucho antibiótico cuando no está indicado, por ejemplo, para tratar un catarro provocado por un virus. En estos casos, las bacterias que están en nuestro cuerpo sin producir enfermedad (como portadores) pueden generar resistencias dando lugar a un grave problema como ya hemos dicho.

9. Si me tomo un antibiótico necesitaré un probiótico para proteger la flora intestinal de mi hijo. FALSO (A MEDIAS)

Como ya hablamos en un post anterior (link), los antibióticos pueden dar lugar a diarrea. Sin embargo, influyen muchos otros factores (tipo de antibiótico, tipo de paciente…) por lo que la decisión de dar o no un probiótico debe individualizarse y, en todo caso, emplear solo los que han demostrado ser eficaces.

10. Si mi hijo tiene los mismos síntomas que la otra vez que me mandaron antibiótico, ¿para qué voy a ir al pediatra?. Mejor me paso por la farmacia y que me lo vendan directamente. FALSO

Los antibióticos son fármacos que requieren de una prescripción médica (receta) para poder comprarlos en farmacias. Una de las causas por las que las resistencias antibióticas están en aumento es debido al mal empleo de antibióticos. Por ello, debe ser un médico el que decida si esos síntomas (completados con una historia y exploración física) se deben a una infección que requiere antibiótico y no a una experiencia pasada en la que se prescribió un antibiótico.

11. La dosis que ha calculado el pediatra está mal, mejor le doy a mío hijo lo que pone en el prospecto. FALSO

La dosis que debe recibir un niño de un antibiótico depende de el peso que tenga y la infección que se quiera tratar. Los prospectos de las medicinas no suelen tener en cuenta el peso, por lo que no es recomendable seguir sus indicaciones. Tu pediatra te dará unas indicaciones de qué dosis le debes dar a tu hijo y cada cuántas horas. Si crees que se ha podido equivocar, es mejor que se lo digas para que vuelva a hacer la cuenta (los pediatras somos humanos y también cometemos errores).

12. Como me han mandado 6,7 ml cada 8 horas y en la caja viene una cuchara de 5 ml, le daré a mi hijo un cucharada y media. FALSO

Como hemos dicho, las dosis están calculadas para cada niño en concreto. Si en la caja del antibiótico no viene una jeringa que te permita administrar la cantidad concreta de antibiótico, antes de irte de la farmacia compra una.

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