“Si estás en hemodiálisis, tu presión no tiene que ser ‘perfecta’… tiene que ser SEGURA.”
Las nuevas guías del Reino Unido recomiendan, en hemodiálisis:
Antes de la sesión: 140–165 mmHg
Después de la sesión: 120–140 mmHg
Bajarla demasiado puede causar mareos, desmayos y daño al corazón y al cerebro.
Habla con tu nefrólogo: ajustar líquidos y sal es tan importante como las pastillas.
Fuente: UK Kidney Association BP Guideline 2025
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