http://www.dra-amalia-arce.com/2014/02/la-solucion-definitiva-para-los-piojos.html
Este fin de semana hemos estado entretenidas. El rotavirus, que está generando una pequeña epidemia compartiendo protagonismo con la gripe en nuestra geografía, nos ha visitado en casa y la pequeña ha estado una parte de su precioso tiempo pegada a la taza del váter. En uno de esos instantes en los que le hacía compañía en los momentos brillantes de retortijón y como ya soy desconfiada en temas capilares, fui consciente de que de nuevo, tenía piojos.
Este fin de semana hemos estado entretenidas. El rotavirus, que está generando una pequeña epidemia compartiendo protagonismo con la gripe en nuestra geografía, nos ha visitado en casa y la pequeña ha estado una parte de su precioso tiempo pegada a la taza del váter. En uno de esos instantes en los que le hacía compañía en los momentos brillantes de retortijón y como ya soy desconfiada en temas capilares, fui consciente de que de nuevo, tenía piojos.
Mi vida no sería igual sin piojos. A lo mejor llega un día en que los
echo de menos y todo. Horror!!!!! En estos últimos seis meses, nos han
visitado semana sí y semana no. A pesar del aceite del árbol de té y de
cualquier otra actividad preventiva que se me haya pasado por la cabeza
utilizar, han regresado inexorablemente. Y casualidades de la vida, con
una cadencia tan repetitiva desde que la pequeña empezó primero de
primaria que prácticamente cada 15 días he tenido que utilizar algún
producto destinado a la erradicación y un continuo repaso y repaso de su
rubio pelo, no sin dejar en ocasiones escapar algún improperio al uso,
al cual la resignada criatura me contesta: "mamá si tú estás harta, imagínate yo!!" (y razón no le falta, qué lástima).
No debo yo ser la única que anda en estos quehaceres y la huella digital del crimen es que la entrada de hace aproximadamente un año
en la que traté las posibilidades que parece ofrecer el aceite del
árbol de té en evitar el contagio de los susodichos piojos, va camino de
ser la entrada más leída en la historia del blog con más de 50.000
lecturas. Mal de muchos, consuelo de tontos? Pues os diré que yo lo sigo
utilizando, y que sigo teniendo que lidiar con los piojos. Así que la
fórmula mágica probablemente llegue cuando ningún compañero de mi hija
esté afectado.
El caso es que parte del cabreo enfado con el tema de los piojos es la impotencia que siento cuando los elimino cada una de las veces, porque sé que no será la última.
La vuelta al colegio al día siguiente es sinónimo de reinfestación en
pocos días. ¿Por qué? Pues lógicamente porque se comparte el espacio y
los juegos con otros niños y niñas con piojos. En un círculo vicioso que no tiene fin y
sin duda alimentado por las muchas personas que me consta que "pasan"
del tema. Que o bien han tirado la toalla o desparasitan cuando no queda
más remedio, o que esperan a que el niño esté con el "ex" para pasarle
el muerto, contagiando una y otra vez especialmente a algunos
"torturados" que deben resultar especialmente apetecibles para los
asquerosos piojos.
Cuando yo era pequeña, fui a un cole de monjas. Allí la consigna era
clara. Piojos = "expulsión". Y hasta que no estuvieras "limpia" no
podías volver a clase. Supongo que suena radical, pero las epidemias
escolares de piojos no eran lo que son ahora, que se han elevado al
nivel de pandemia. La laxitud en la admisión de los piojos en clase
supongo que tiene que ver con que ya no supone un estigma (antiguamente
tener piojos era sinónimo de ser guarro/-a) y que no todos los padres
parecen tener tiempo para dedicarlo a estas loables labores.
También el hecho de saber que los piojos no transmiten la peste como las
pulgas de las ratas o las diferentes enfermedades que puede originar la
picadura de garrapata.
La solución definitiva pasa por la solidaridad. Y no solo hacia
tu propio niño o niña infestado -que no es poco- y que sufre en silencio
los picores, sino también hacia el resto de niños y personas que van a
estar en contacto con tu hij@. Eso supone -y yo lo he hecho- quitar
piojos el día de Navidad, antes de ir a una fiesta o a horas
intempestivas de la noche. Es decir, desparasitar en el momento en el
que eres consciente de que tiene piojos. No se puede dejar para otro
día. Por respeto a los demás. Y porque a falta de un producto definitivo exterminador de piojos, es la única manera a día de hoy de conseguir superar esto.
Aprovecho para compartir un post de Dermapixel
donde detalla exhaustivamente los diferentes productos a utilizar
incluyendo una muy interesante lista con marcas y precios. Y el vídeo
que acompaña a esa entrada que es casi un himno en mi casa, muy a mi
pesar!!
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