Sois muchas las mamás que en el postparto dais el pecho y os surgen dudas sobre cómo conservar y almacenar la leche extraída.
Aunque al principio parece muy difícil, cuando le coges práctica,
resulta bastante sencillo. Os vamos a informar sobre algunas
recomendaciones que debéis tener en cuenta.
La leche materna es muy valiosa, y para
asegurarnos de que todos los nutrientes se conservan y la contaminación
bacteriana es mínima, el proceso de congelar y conservar la leche
materna debe ser el correcto.
Estas recomendaciones son para mamás que:
- Tienen niños sanos, nacidos a término (no prematuros)
- Están almacenando su leche para uso en casa (no para uso en hospital)
- Se lavan las manos antes de extraerse la leche
- Usan recipientes que han sido lavados con agua caliente y jabón o en el lavaplatos
La leche materna se puede extraer para
su posterior utilización garantizando su conservación adecuada a
temperatura ambiente, en refrigerador o en congelador, en función del
tiempo que se vaya a tardar en utilizarla.
Conservación de de la leche:
- A temperatura ambiente:
15 ºC: 24 horas.
19-22 ºC: 10 horas.
25 ºC: 4 a 6 horas.
30-38 ºC: 4 horas
- Refrigerada (en nevera) entre 0 y 4 ºC: de 5 a 8 días. Cuanto más estable sea la temperatura, mejor se conservará la leche, por lo que no se debe poner la leche en la puerta del frigorífico.
- Congelada:
- En un congelador dentro de la misma nevera: 2 semanas.
– En un congelador que es parte de la nevera pero con puertas separadas (tipo combi): 3-4 meses (porque la temperatura varía cuando la puerta se abre con cierta frecuencia).
– En un congelador separado, tipo comercial, con temperatura constante de -19 ºC: 6 meses o más.
– En un congelador que es parte de la nevera pero con puertas separadas (tipo combi): 3-4 meses (porque la temperatura varía cuando la puerta se abre con cierta frecuencia).
– En un congelador separado, tipo comercial, con temperatura constante de -19 ºC: 6 meses o más.
Aquí tenéis una tabla con la que os aclararéis más, la podéis imprimir y pegarla en la nevera para que no se os olvide.
Lo ideal es enfriar rápidamente la leche
extraída y después congelarla lo antes posible. Si se realiza la
extracción en casa y la leche no se va a utilizar ese mismo día, lo
mejor es congelarla. Si se realiza la extracción fuera de casa, puede
conservarse en una neverita portátil con placas de hielo y congelarla en
cuanto se llegue a casa.
Si por cualquier razón no se desea congelar, lo mejor es guardarla lo antes posible en la nevera.
Almacenamiento de la leche:
La leche materna extraída debería
almacenarse siempre en envases destinados para uso alimentario. Los
mejores envases para congelación son los de cristal. Antes de su
utilización, es conveniente limpiar bien estos recipientes con agua
caliente y jabón, aclarándolos a continuación y dejándolos secar al
aire. También puede utilizarse el lavavajillas.
La leche también se puede almacenar en bolsas de plástico estériles que existen en el mercado, especialmente diseñadas para este fin, que se acoplan al sacaleches directamente y luego se cierran. Hay que tener cuidado porque se pueden pinchar y gotear.
La leche también se puede almacenar en bolsas de plástico estériles que existen en el mercado, especialmente diseñadas para este fin, que se acoplan al sacaleches directamente y luego se cierran. Hay que tener cuidado porque se pueden pinchar y gotear.
Se recomienda no llenar los biberones o bolsas más de sus 3/4 partes, para dejar espacio para una posible expansión.
Es mejor almacenar la leche en pequeñas
cantidades, de 50 a 100ml, para poder ir descongelando solamente la que
necesariamente vaya a tomar el bebé. Se debe etiquetar cada envase con
la fecha de extracción, para ir descongelando los más antiguos.
Cómo descongelar y calentar la leche extraída:
La leche se puede descongelar
sumergiendo el recipiente en otro con agua caliente (pero no
directamente sobre el fuego), hasta que alcance la temperatura deseada,
mejor que calentándola directamente. Es preferible no utilizar el
microondas porque el calentamiento es irregular y pueden producirse
quemaduras.
Una vez descongelada puede que aparezcan
diferentes capas en la leche, por lo que conviene mezclarla bien (sin
agitar bruscamente). Los colores de la leche materna también pueden
cambiar según la alimentación de la madre, hemos visto leches verdes,
turquesas, azules…todas ellas son buenas.
En ocasiones, la leche materna
descongelada puede tener un olor a agrio o rancio, esto es normal, y no
quiere decir que la leche está mala. El olor está relacionado con un
cambio en la estructura de los lípidos de la leche materna debido a los
ciclos de congelación y descongelación. Generalmente el bebé no la
rechaza y se la toma bien.
Hay algunas cosas que podemos hacer para
intentar evitar este problema, como congelar la leche rápidamente tras
la extracción y calentarla inmediatamente después de sacarla del
congelador.
También podemos introducir su leche en
un cazo y poner al fuego. Si tiene termómetro (especial para cocina)
esperar a que la leche llegue a 60ºC,y sacarla del fuego, guardarla en
el recipiente donde va a ser congelada, enfriarla rápidamente (un poco
de agua fría con hielo sirve), y congelarla. Si no se dispone de
termómetro hay que controlar el proceso de calentamiento, cuando la
leche hace burbujitas muy pequeñas en los laterales del cazo, sacar del
fuego y seguir con el procedimiento anterior.
La leche descongelada se puede guardar
en la nevera 24 horas pero no se debe volver a congelar. Es preferible
descongelar pequeñas cantidades, las que se vayan a utilizar
inmediatamente, para evitar pérdidas de nutrientes y de factores de
defensa. La leche que haya probado el bebé tampoco debe almacenarse de
nuevo.
Recomendaciones:
- Etiqueta los envases con la fecha de extracción y utilízalos en orden cronológico.- Una vez descongelada, no volver a congelar la leche.
- Una vez descongelada, utilizar en las siguientes 24h.
- No hace falta sacarse la leche de una sola vez, se puede mezclar leche de extracciones diferentes, siempre que se encuentren a la misma temperatura.
- Conserva la leche en la zona más fría del frigorífico o del congelador.
- Desechar la leche que haya sobrado de una toma.
– No te fijes en su aspecto
– Da vueltas suavemente al biberón para mezclar la grasa que se haya separado, pero sin agitar.
“La mejor leche es la leche materna”
Bibliografía:
Lele y Ana. Matronas
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