El que sufre este síndrome es aquel que ha quedado anclado en su infancia, sienten miedo a crecer y a asumir el rol que le corresponde a su edad.
Descrito en 1983 por el psicólogo Dan Kiley es más frecuente en varones y habitualmente se asocia a problemas para dar seguridad a otra persona.
Este síndrome provoca importantes alteraciones emocionales (ansiedad y depresión) y conductuales. Es estadíos más avanzados caracterizados pueden aparecer trastornos del pensamiento como el delirio, si bien en estos casos puede subyacer alguna alteración psiquiátrica que los justifique.
Los Peter Pan son adultos atrapados en su mundo infantil o juvenil, un mundo de nunca jamás, que pueden aparecer como despreocupadas y felices pero que no se responsabilizan de sus actos, que viven sometidos al carpe diem, pero cargados de soledad y despreocupación. Estas personas necesitan constantemente la protección de otra persona.
Entre las causas que pueden estar detrás de un síndrome de Peter Pan está la sobreprotección y la permisividad parental y, en ocasiones las carencias afectivas.
Cada caso requiere una solución individual trabajando la superación y la frustración, así como entender que todas las emociones tienen una función, a pesar de que estas personas las niegan.
Inicialmente resultará fundamental que el paciente reconozca su problema y, posteriormente, que acepte la ayuda de un profesional sometiéndose al tratamiento psicológico correspondiente.