Ha contado con el consenso de todas las sociedades científicas de atención primaria. La Sociedad Española de Nutrición Comunitaria (SENC) ha presentado una guía de alimentación saludable en la que se recogen todas las recomendaciones nutritivas, de preparación, e incluso las interacciones que algunos fármacos tienen con los alimentos. Y como punto de partida se sitúa la nueva pirámide alimenticia, diferente a la que hace décadas los niños estudiaban en su clase de ciencias. Primero, porque en la base no hay alimentos, sino hábitos. Entre cuatro y seis vasos de agua al día, 60 minutos de actividad física, técnicas culinarias saludables o equilibrio emocional.
Después, los cereales y las legumbres tiernas como base de la alimentación. Pero en este punto hay un cambio importante respecto a lo que ocurría años antes. Y es que los expertos sitúan solo cereales integrales o pan de grano entero.
Otro cambio en relación a la pirámide es que las carnes rojas suben, es decir, debe reducirse su frecuencia, así como los ultraprocesados, que están en la cúspide. Diferentes son las blancas como pavo o conejo, que se sitúan al lado de los lácteos y el pescado. El cerdo, aclara Aranceta, es carne roja, aunque el solomillo podría considerarse blanca por su composición.
Pero no todas las carnes son iguales. Aranceta pone un ejemplo, «un jamón de bellota cien por cien es un olivo con patas». Con esta afirmación el profesional hace hincapié en la importancia de la alimentación de los animales que comemos, «todo lo que sea humanizar la agricultura para que su alimentación sea mejor va a mejorar la composición». Incluso en el caso de los ultraprocesados, el coordinador de la guía no demoniza. «Si se hiciesen mejor, aunque costasen algo más, no serían tan malos». En cuanto a las legumbres, cobran importancia en la pirámide al nivel de lácteos y pescado.
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