miércoles, 6 de noviembre de 2019

JAMA. ¿Qué es la demencia?

Lademencia es un trastorno del cerebro en el que una persona experimenta capacidades cognitivas decrecientes.
El cerebro es un órgano complejo importante para el pensamiento y el comportamiento. Las enfermedades que afectan el cerebro a menudo causan la incapacidad de procesar o retener nueva información. La demencia es un ejemplo.
La demencia es una afección médica en la que hay un empeoramiento de las capacidades cognitivas de una persona en comparación con varios meses o años antes. Una persona con demencia tiene dificultades con varios tipos de habilidades cognitivas, la mayoría de las veces con memoria pero también con lenguaje, atención, orientación, juicio y planificación.
Causas
La demencia es causada por una enfermedad o lesión cerebral. Puede ser causada por afecciones médicas que comienzan en otras partes del cuerpo. Por ejemplo, un ritmo cardíaco anormal puede hacer que se forme un coágulo de sangre en el corazón, viajar al cerebro y bloquear el flujo de sangre a una región del cerebro, lo que afecta el pensamiento de una persona. Algunas enfermedades que causan demencia comienzan en el cerebro mismo. Una de las más comunes es la enfermedad de Alzheimer, que afecta a unos 5 millones de personas en los Estados Unidos. El riesgo de enfermedad de Alzheimer aumenta a medida que una persona envejece. Con mayor frecuencia, la demencia se desarrolla cuando el cerebro se ve afectado por 2 o más enfermedades comunes del envejecimiento, como la enfermedad de Alzheimer y el accidente cerebrovascular.
Síntomas
Aunque la mayoría de las personas no desarrollan demencia, envejecer aumenta sustancialmente el riesgo de demencia. La demencia generalmente comienza en la séptima u octava década de la vida y empeora con el tiempo. El síntoma más común que debe notarse primero, por la persona afectada, la familia u otras personas, son los problemas de memoria a corto plazo. Los ejemplos incluyen olvidar dónde se colocan cosas en el hogar y olvidar conversaciones recientes. En la demencia, estos problemas ocurren con frecuencia (varias veces al día y durante muchos meses o años) y afectan la capacidad de funcionar adecuadamente en la vida cotidiana. Otros problemas incluyen retirarse de pasatiempos o eventos sociales, ansiedad o depresión, dificultad con las tareas diarias, como recordar tomar medicamentos, y dificultad con las instrucciones, como al conducir.
Evaluación diagnóstica
El diagnóstico de demencia requiere que un clínico tome un historial médico para identificar si las habilidades cognitivas han empeorado con el tiempo y si este empeoramiento está asociado con problemas funcionales como las tareas cotidianas (compras, pago de facturas, conducción). Un familiar o amigo debe confirmar la presencia de deterioro cognitivo y problemas funcionales. El clínico debe realizar una breve prueba cognitiva (memoria) y un examen físico para evaluar la fuerza, los reflejos y otros signos neurológicos. Por lo general, también se realizan algunos análisis de sangre y una exploración del cerebro. Raramente se necesitan otras pruebas.
Tratamiento
El tratamiento de la demencia varía para diferentes personas. Un médico considera el historial médico y la situación específica antes de recomendar un plan de atención centrado en el paciente y la familia. Los medicamentos pueden ayudar con las habilidades de pensamiento o los cambios en el estado de ánimo o los comportamientos, pero los beneficios son modestos. Dos clases de medicamentos pueden proporcionar cierto alivio de los problemas de memoria, pero estos no impiden el avance de la enfermedad. Es importante tratar los factores que aumentan el riesgo de accidente cerebrovascular, como la presión arterial alta y la diabetes. Las medidas de seguridad incluyen procedimientos para evitar caídas o perderse. Deben hacerse directivas anticipadas con respecto a las decisiones médicas y financieras, ya que las personas con demencia a menudo pierden la capacidad de tomar decisiones. Otras recomendaciones para una buena salud del cerebro incluyen ser mental, físico y socialmente activo, comer comidas nutricionalmente equilibradas y beber alcohol solo con moderación, y dormir lo suficiente de alta calidad. Los médicos pueden brindar educación a familiares y cuidadores sobre la demencia y pueden ayudar con la planificación de la atención a largo plazo.

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