miércoles, 5 de agosto de 2015

El 30% del consumo de omeprazol, paracetamol e ibuprofeno es inútil.

El uso se ha convertido en abuso. La población concibe ya que algunos 'medicamentos-panacea' son la solución a la mayoría de los problemas banales y los consume sin medida. Una tendencia que los propios médicos de familia asumen, entonando el mea culpa, porque prescriben de forma desorbitada fármacos que, o no están indicados o no producen ningún efecto terapéutico.
Las tablas de consumo de fármacos evidencian que en los puestos más altos se hallan los protectores estomacales, analgésicos, antiagregantes, antiinflamatorios, ansiolíticos, hipnóticos, sedantes, antihipertensivos, diuréticos y antibióticos. Unas fórmulas que se toman cuando surge el mínimo síntoma y sin el rigor adecuado.
Precisamente, el medicamento que más se consume (omeprazol) «no está indicado en un 30% de los casos», según aclara el presidente en la Comunidad Valenciana de una de las principales sociedades científicas de médicos de primaria (Semergen), Vicente Gasull. De hecho, un estudio acaba de vincular la ingesta prolongada de éste y otros medicamentos similares con una carencia de la vitamina B12. El análisis, publicado en la revista 'Journal of the American Medical Association', constata que las personas que tomaron diariamente un medicamento del grupo de omeprazol durante dos o más años tenían un 65% más de probabilidades de tener niveles bajos de la citada vitamina que quienes no habían ingerido estos fármacos durante un periodo tan prolongado.
En la mayoría de los casos su uso «se inicia por prevención ante problemas gástricos o antiulcerosos pero acaba cronificándose y su toma diaria genera trastornos de otro tipo», aclara el responsable de la Sociedad Española de Medicina Rural y Generalista, quien reconoce que se podría prescindir de aproximadamente un tercio de su prescripción.
Ocurre lo mismo con los analgésicos y con los antiinflamatorios, como el paracetamol y el ibuprofeno, que han pasado a ser el componente más habitual en los botiquines de los hogares y de las empresas. «Es evidente que la población toma estos productos cuando sufre algún tipo de dolor, pero se debe calibrar mucho si la dolencia es suficiente para tomarlo de forma tan habitual porque no se dimensiona qué daños posteriores van a derivar de su ingesta continua» indica Gasull.
Más de ocho millones de españoles consumen dosis diarias de ibuprofeno superiores a las recomendadas -exceden el máximo de 1.200 miligramos por día-, según la Sociedad Española de Farmacia Comunitaria (Sefac), lo que puede derivar en problemas gástricos y cardiovasculares.

Complicaciones

Este consumo masivo produce problemas gástricos y renales que van desde diarreas, náuseas y vómitos hasta úlceras gástricas o duodenales que son unas de las principales complicaciones del tratamiento con ibuprofeno. Es en ese momento cuando se activa otro protocolo, porque los médicos se ven obligados a recetar protectores gástricos a aquellos pacientes que deben tomar ibuprofeno a diario, que en dosis altas también pueden provocar problemas del sistema nervioso como cefaleas. Algunos estudios incluso apuntan a un mayor riesgo de sufrir un infarto si se abusa de estos fármacos.
Vicente Gasull asume que en muchos casos son los propios médicos los que «por falta de tiempo» recetan estos fármacos que son los más recurridos. El propio sistema informático de la Comunidad Valenciana lanza alertas en los ordenadores de los facultativos cuando prescriben algún tipo de medicamento que puede generar males gástricos. «El médico se ve abocado a la prescripción porque el propio sistema es el que le advierte de que el paciente puede sufrir problemas y, ante la duda, acaba por recetar el omeprazol» describe el presidente de la sociedad de medicina de familia.
En otros casos, la falta de tiempo es la causa, porque los galenos «tenemos un tiempo limitado para poder cubrir las tarjetas SIP que nos asignan y hacen caso al paciente que, ante dolores leves, aseguran que con analgésicos se encuentra mejor», continúa el responsable de Semergen quien indica que con los ansiolíticos ocurre una situación muy parecida por su alto nivel de consumo.España es uno de los países de Europa que más consumo de ansiolíticos y antidepresivos presenta, «aunque la OMS recomienda que los tratamientos no superen las cuatro semanas».
Los 'fármacos-panacea' se consumen sin medida como solución a casi todos los males
Muchas personas no siguen las pautas fijadas. En el caso del ibuprofeno, uno de los problemas es que para dolor leve debería usarse el de 400 mg, pero mucha gente tiene el de 600 miligramos en casa de algún tratamiento anterior y lo utiliza indistintamente cuando en realidad es más fuerte y el resultado va a ser igual y le va a hacer el mismo efecto. El 80% de las unidades de ibuprofeno dispensadas en España corresponden al de 600 mg, algo que no pasa en el resto de Europa, dónde su hermano menor es el más vendido.
Una de cada 50 personas tiene dolor de cabeza por una ingesta excesiva de analgésicos, según un estudio del Instituto Nacional de Salud Británico. Los expertos advierten de que quienes toman ibuprofeno, aspirina o paracetamol al menos 15 días al mes corren el riesgo de que en lugar de aliviar su dolor, sufran más cefaleas. Los médicos sostienen que no es aconsejable tomar estos medicamentos más de diez días al mes.

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