La fibromialgia es un trastorno caracterizado por dolor generalizado durante al menos 3 meses en al menos 11 de 18 puntos distribuidos por el cuerpo. Además, se acompaña de fatiga, trastornos del sueño, hormigueo en brazos y piernas, problemas para concentrarse y mantener la atención, alteraciones del ánimo como ansiedad y depresión y dolor de cabeza. También puede haber síntomas poco definidos, como dolor abdominal, pélvico y menstrual, urgencia miccional, sequedad ocular, palpitaciones, disfunción sexual, cambios de peso y sudoración por las noches.
¿A quién afecta?
Se calcula que entre un 1,6 % y un 2,4 % de la población española
padece fibromialgia, con predominio claro en mujeres y un pico máximo
entre los 40 y 50 años. Se observa un componente genético importante,
por lo que es más frecuente en determinadas familias.
¿Por qué se produce?
La causa de la fibromialgia no está clara, pero se sabe que hay una
alteración en la percepción del dolor por nuestro sistema nervioso
central, por lo que algunos estímulos que a otras personas no les
producen dolor, los pacientes los perciben como dolorosos. Se están
estudiando una serie de factores que pueden influir, como el estrés, los
traumatismos físicos y psíquicos, las infecciones víricas y las
alteraciones hormonales, pero todavía quedan numerosas incógnitas por
resolver.
¿Cómo se diagnostica?
Se diagnostica por la historia clínica y la exploración física de los
pacientes. No hay ninguna prueba diagnóstica específica, pero a veces
el médico puede solicitar distintos exámenes para excluir otras causas.
¿Cómo se trata?
Actualmente la fibromialgia no tiene cura, pero su médico puede
intentar aliviar los síntomas como el dolor y las alteraciones del sueño
y del ánimo, para poder mantener una buena calidad de vida.
¿Qué más puedo hacer si tengo fibromialgia?
Es muy importante mantener una dieta y hábitos de vida sanos, y una
alimentación equilibrada y saludable. El ejercicio físico ha demostrado
ser beneficioso, pero tiene que estar supervisado inicialmente y
realizado con precaución, evitando los sobresfuerzos.
Mantener una higiene del sueño, descansar durante el suficiente número de horas, y no abusar de alimentos y bebidas estimulantes (café, té...) ayudan a mejorar la calidad del sueño y a levantarse cada día descansado. Si se siente nervioso, puede realizar ejercicios de relajación.
Es preciso mantener un buen soporte psicológico. Está demostrado que las personas con actitud positiva tienen una mejor calidad de vida. Determinadas personas pueden necesitar ayuda psicológica o sentirse mejor participando en grupos y asociaciones de personas en la misma situación.
Mantener una higiene del sueño, descansar durante el suficiente número de horas, y no abusar de alimentos y bebidas estimulantes (café, té...) ayudan a mejorar la calidad del sueño y a levantarse cada día descansado. Si se siente nervioso, puede realizar ejercicios de relajación.
Es preciso mantener un buen soporte psicológico. Está demostrado que las personas con actitud positiva tienen una mejor calidad de vida. Determinadas personas pueden necesitar ayuda psicológica o sentirse mejor participando en grupos y asociaciones de personas en la misma situación.
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