El tratamiento de la hipertensión arterial implica, necesariamente, realizar unos cambios en el estilo de vida. Si con ello no es suficiente, será necesario recurrir al tratamiento farmacológico.
El cambio en el estilo de vida es, francamente, lo más difícil de conseguir. Aunque principio se esté muy motivado por la novedad y las ganas de curarse, mantener en el tiempo esta variación de una conducta tan anclada en nosotros mismos exige un esfuerzo que pocos alcanzan. Sin embargo, si uno se conciencia que integrando estos cambios en su vida puede beneficiarse de no tomar medicación alguna, quizás el esfuerzo tenga un sentido. Pero de nada sirve un sacrificio inicial si no se interioriza este cambio como una nueva forma de vida en salud.
• Pérdida de peso: se debe mantener el IMC a raya.
• Dejar de fumar
• Seguir una dieta saludable, como la mediterránea.
Si no se permite que la influencia anglosajona enturbie los buenos
hábitos que aquí tenemos, estaremos llevando una dieta cardiosaludable y
apropiada para la hipertensión arterial.
• Reducir la cantidad de sal de la dieta.
Los alimentos ya llevan la sal necesaria para el organismo, no es
necesario aderezarlos más. Al probar los alimentos sin la sal a la que
nos hemos acostumbrado, descubriremos nuevos y deliciosos sabores, y
nuestro organismo lo agradecerá.
• Hacer ejercicio aeróbico regular, como caminar a paso ligero durante 30 minutos tres veces por semana.
• Limitar el alcohol: no
beber más de dos bebidas al día para los hombres y una bebida al día
para las mujeres y los mayores de 65 años. Por “una bebida” se entiende
un vaso de vino o una cerveza.
Cuando los cambios en los hábitos de vida no son suficientes se recurre al tratamiento farmacológico de la hipertensión arterial. Los medicamentos que sirven para tratar esta dolencia son:
• Los inhibidores del enzima convertidora de angiotensina (IECA)
• Los antagonistas de los receptores de la angiotensina 2 (ARA2)
• Los diuréticos
• Los betabloqueantes
• Los antagonistas del calcio
2. ¿Qué tipo de dieta debo seguir si tengo hipertensión?
En nuestro entorno, solo cabe recordar los 10 consejos que propone la dieta mediterránea:
I. Utilizar el aceite de oliva como principal grasa de adición
Es el aceite más utilizado en la cocina mediterránea. Es un alimento rico en vitamina E, beta-carotenos y ácidos grasos monoinsaturados, lo que le confiere propiedades cardioprotectoras. Este alimento representa un tesoro dentro de la dieta mediterránea, ha perdurado a través de siglos entre las costumbres gastronómicas regionales y ha otorgado a los platos un sabor y un aroma únicos.
II. Consumir alimentos de origen vegetal en abundancia: frutas, verduras, legumbres, champiñones y frutos secos
Las verduras, hortalizas y frutas son la principal fuente de vitaminas, minerales y fibra de nuestra dieta y nos aportan al mismo tiempo, una gran cantidad de agua. Es fundamental consumir 5 raciones de fruta y verdura a diario. Gracias a su elevado contenido en antioxidantes y fibra pueden contribuir a prevenir, entre otras, algunas enfermedades cardiovasculares y algunos tipos de cáncer.
III. El pan y los alimentos procedentes de cereales, como la pasta, el arroz y, especialmente, sus productos integrales, deben formar parte de la alimentación diaria
El consumo diario de pasta, arroz y cereales es indispensable por su composición rica en carbohidratos. Nos aportan una parte importante de la energía necesaria para nuestras actividades diarias.
IV. Los alimentos poco procesados, frescos y de temporada son los más adecuados
Es importante aprovechar los productos de temporada ya que, sobre todo en el caso de las frutas y verduras, nos permite consumirlas en su mejor momento, tanto por la aportación de nutrientes, como por su aroma y sabor.
V. Consumir diariamente productos lácteos, principalmente yogurt y quesos
Los productos lácteos son excelentes fuentes de proteínas de alto valor biológico, de minerales (calcio, fósforo) y de vitaminas. El consumo de leches fermentadas (yogur) se asocia a una serie de beneficios para la salud porque estos productos contienen microorganismos vivos capaces de mejorar el equilibrio de la flora intestinal.
VI. La carne roja se tiene que consumir con moderación y, si puede ser, como parte de guisos y otras recetas. Y las carnes procesadas, en cantidades pequeñas y como ingredientes de bocadillos y platos
Las carnes contienen proteínas, hierro y grasa animal en cantidades variables. El consumo excesivo de grasas animales no es bueno para la salud. Por lo tanto, se recomienda el consumo en cantidades pequeñas, preferentemente de carnes magras, y formando parte de platos a base de verduras y cereales.
VII. Consumir pescado en abundancia y huevos con moderación
Se recomienda el consumo de pescado azul, como mínimo, una o dos veces por semana, ya que sus grasas, aunque de origen animal, tienen propiedades muy parecidas a las grasas de origen vegetal a las que se les atribuyen cualidades protectoras frente a las enfermedades cardiovasculares.
Los huevos contienen proteínas de muy buena calidad, grasas y muchas vitaminas y minerales, lo que los convierten en un alimento muy completo. El consumo de tres o cuatro huevos a la semana es una buena alternativa a la carne y el pescado.
VIII. La fruta fresca tendría que ser el postre habitual. Los dulces y pasteles deben consumirse ocasionalmente
Las frutas son alimentos muy nutritivos que aportan color y sabor a nuestra alimentación diaria y son también una buena alternativa a media mañana y como merienda.
IX. El agua es la bebida por excelencia en el mediterráneo. El vino debe tomarse con moderación y durante las comidas
El agua es fundamental en nuestra dieta. El vino es un alimento tradicional en la dieta mediterránea que puede tener efectos beneficiosos para la salud consumiéndolo con moderación y en el contexto de una dieta equilibrada.
X. Realizar actividad física todos los días, ya que es tan importante como comer adecuadamente
Mantenerse físicamente activo y realizar cada día un ejercicio físico adaptado a nuestras capacidades es muy importante para conservar una buena salud.
En resumen:
- Más frutas, verduras y productos lácteos desnatados
- Menos alimentos con alto contenido en grasas saturadas y colesterol, como los alimentos fritos
- Más productos derivados de cereales, más pescado, pollo y nueces
- Menos carne roja y menos dulces
- Más alimentos ricos en magnesio, potasio y calcio
3. ¿Cuáles son los efectos secundarios de los fármacos para tratar la hipertensión arterial?
Como sucede con cualquier medicamento, los fármacos que tratan la hipertensión tienen efectos secundarios.
Cualquier medicamento que se usa para disminuir la presión arterial puede causar vértigo o mareos si la presión arterial baja demasiado.
Otros efectos secundarios pueden ser:
- Con los diuréticos se produce un aumento de la cantidad de orina y del número de veces que se hace, y se puede producir una disminución de la concentración de potasio en la sangre.
- Los inhibidores de la ECA pueden dar tos seca y persistente y elevar los niveles de potasio en la sangre.
- Los antagonistas de los receptores de la angiotensina pueden aumentar la concentración de potasio en la sangre.
- Los antagonistas del calcio disminuyen la frecuencia cardíaca y pueden provocar estreñimiento e hinchazón de los tobillos.
- Los betabloqueantes disminuyen la libido, pueden provocar somnolencia y que la frecuencia cardíaca baje.
4. ¿Cuándo debo llamar a mi médico?
Si se diagnostica hipertensión arterial, es importante visitar al médico con regularidad. El médico contestará todas las dudas que surjan.
Sin embargo, podría haber otras ocasiones en las que podría tener que adelantar la visita, como por ejemplo:
- Si no se está respondiendo al tratamiento prescrito y su tensión arterial sigue siendo alta, ya que podría haber otros trastornos que causan la hipertensión.
- O si aparece algún efecto secundario del medicamento para la tensión arterial. Si esto ocurre, el médico podría ajustar la dosis del medicamento o probar con otro grupo de fármacos.
5. ¿Existen medicamentos que causan hipertensión?
Algunos medicamentos que sirven para tratar otras enfermedades pueden causar hipertensión, como, por ejemplo, las anfetaminas, los estimulantes del sistema nervioso central, como el metilfenidato, los corticoides, las hormonas (incluyendo las píldoras anticonceptivas), algunos medicamentos para la migraña, la ciclosporina y la eritropoyetina.
Además, muchos medicamentos sin receta médica, como algunos broncodilatadores o algunos inhibidores de apetito, pueden causar hipertensión.
No deje de tomar ningún medicamento por su cuenta, incluso los medicamentos antihipertensivos, sin consultar a su médico.
No hay comentarios:
Publicar un comentario