Ana y Mikel, su hijo, me piden que difunda este mensaje. Lo ha hecho Mikel con mucho, mucho amor; con el mismo amor con el que cada día se enfrentan los dos a la realidad que desde hace ya tiempo les toca vivir. Y lo hacen sin tonterías y, creo, que con alegría. No se ponen medallas, simplemente pelean porque están convencidos de que merece la pena tirar barreras y en eso están.
A ellos no les hace falta "el día de..." para reivindicar su lucha; a mi tampoco me gustan "los días de...", ojalá no fueran necesarios.Así que aquí os dejo su mensaje; es una llamada de amor, porque cuando no podemos curar sí podemos acompañar, sin mirar para otro lado, sin infantilizar, sin querer cambiar lo que no se puede cambiar. Aceptando. Asumiendo. Con responsabilidad. Y si me apuras, con alegría,
¡Gracias Ana, gracias Mikel!http://atencioncontinuada.blogspot.com.es/2016/04/alzheimer-no-me-pidas-lo-imposible.html
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