El colegio ha comenzado y con ello la rutina de muchos niños y padres 
que tienen nuevos horarios, tareas y relaciones alrededor de la vida de 
sus hijos. El Dr. García-Sala, pediatra de la Sociedad Española de 
Pediatría Extraholspitalaria de Atención Primaria comenta el caso de una
 madre que le enseñaba en consulta un mensaje a un foro de whatsapp de 
padres en el que avisaban de un niño de clase que tenía la 
enfermedad ‘mano-pie-boca’. La mujer enseñaba el mensaje y preguntaba si
 veía conveniente enviar a su hijo a clase.
El colegio es un gran centro de distribución de enfermedades, como lo es
 cualquier otro lugar al que pueda acudir mucha gente. Se debe hacer una
 labor de concienciación de los niños para que cuiden su higiene, pero 
como un hábito o rutina. Deben lavar sus manos de forma frecuente. Hay 
muchas enfermedades que se pueden contraer en el colegio en época 
escolar y que no nos deben causar alarma.
La Herpangina y la enfermedad ‘mano-pie-boca’ infecciones muy
 común en edades tempranas.  Se reconocen por la aparición de puntitos 
rojos en la parte posterior de la boca, que se convierten posteriormente
 en pequeñas llagas algo dolorosas. La enfermedad mano-pie-boca 
tiene los mismos síntomas, pero como indica su nombre, en la boca, manos
 y los pies. También pueden aparecer en la zona del pañal. Ambas 
enfermedades están causadas por el mismo virus. Sus síntomas son fiebre,
 dolor de garganta y malestar antes de la aparición de los puntos en la 
boca. No existe un tratamiento contra este virus, que se propaga por 
contacto o respiración. Los puntos y úlceras desaparecen en 10 días. 
Su periodo de incubación es de 3 a 6 días durante el que puede contagiar
 a otros. Se pueden administrar antitérmicos para aliviar la fiebre y el
 dolor.
Los Catarros y faringitis son las infecciones de vías 
aéreas superiores más frecuentes. Los síntomas son fiebre, mocos y 
congestión nasal, de carácter leve, aunque se acentúa la sensación de 
dificultad respiratoria en los más pequeños. Puede disminuir el apetito y
 aparecer vómitos y, en el caso de la faringitis, dolor de garganta y 
tos asociada a secreciones. Estas infecciones no tienen tratamiento 
específico y desaparecen en cuestión de días. Se pueden usar 
antitérmicos para controlar la fiebre y reducir el malestar general. 
Asimismo, no se recomiendan los antitusivos, pues la tos es un mecanismo
 de defensa del cuerpo necesario para limpiar de secreciones la vía 
aérea.
Otra enfermedad muy común es la Gastroenteritis, bastante
 frecuente entre los niños en los primeros años de escuela, si bien la 
más habitual es la provocada por el rotavirus, contra el que ya se 
incluye vacunación. Sus síntomas son diarrea, vómitos, fiebre, dolor 
abdominal. Resulta fácil su transmisión por vía fecal-oral en cambios de
 pañal o cuando los niños se limpian, por ello es necesario enseñar 
bien las medidas de higiene. El tratamiento consiste en buena 
hidratación y una dieta astringente, sólo en caso de que no mejore su 
pediatra puede recetarle antibióticos. Los probióticos son un aliado muy
 eficaz en estos casos para aumentar la flora bacteriana buena para el 
niño y disminuir los gérmenes más patógenos.
Otro clásico en la escuela son las Infecciones de oído. La
 otitis es una inflamación del oído medio, habitualmente derivada de un 
cuadro infeccioso respiratorio previo, por acúmulo de secreciones 
mucosas. Los niños son más vulnerables a esta infección porque sus 
trompas de Eustaquio son más cortas, horizontales y anchas. Además de 
mocos en las fosas nasales, la otitis puede presentar fiebre y dolor de 
oídos. En muchos casos esta infección se cura en 2 o 3 días con un 
tratamiento de gotas óticas con antiinflamatorios, que ayudarán a bajar 
la inflamación del tímpano y los tejidos circundantes para que el moco 
pueda salir. Si lo considera el pediatra, en determinados casos puede 
recetarse tratamiento antibiótico.
Otra enfermedad habitual es la Roseola o exantema 
súbito. El cuadro empieza con fiebre muy alta (puede alcanzar los 40.5° 
C) unos días antes de que aparezca una erupción cutánea que comienza en 
el tronco y se extiende a las extremidades. La erupción, de pequeños 
puntitos rosados que no pican, durará entre 3 y 7 días, durante los 
cuales la fiebre va disminuyendo de intensidad. El niño puede, además, 
tener bastante mucosidad nasal, dolor de garganta y enrojecimiento de 
ojos.  No existe tratamiento específico y la enfermedad finaliza, por lo
 general, por sí sola sin complicaciones. La fiebre, aunque es alta, 
responde bien a los antitérmicos.
También es frecuente encontrarse casos de Conjuntivitis. Se
 trata de una inflamación de la conjuntiva, la membrana que envuelve el 
ojo por la zona esclara (parte blanca del ojo) y el párpado por dentro. 
Es una infección frecuente en edades tempranas que se produce por 
irritación, ya sea por alergia o por infección. La irritación produce 
rojez y el ojo aumenta la producción de lágrima como mecanismo de 
limpieza. Cuando las lágrimas se sobreinfectan aparecen las legañas, lo 
que agrava la sensación de “arenilla”, y un dolor leve, que suele 
sentirse como si fuera picor. Su tratamiento requiere generalmente menos
 de una semana de antibiótico en colirio, hasta que el niño amanezca al 
menos dos días consecutivos sin secreciones y con los ojos normales.
Como norma general su hijo pasará alguna de estas enfermedades a lo 
largo del año. El pasarlas mejorará su sistema inmunológico que creará 
anticuerpos para estas enfermedades. Si ve que se encuentra débil o 
tiene fiebre, déjele en casa hasta que mejore. Estas enfermedades son 
comunes y no necesitan ser comunicadas a otros padres. Nadie iría en su 
propio trabajo comunicando a unos y otros que tiene conjuntivitis, 
otitis o diarrea. Simplemente, se extreman la higiene y las precauciones
 para tratar de no contagiar a nadie.
Enfermedades que deben comunicarse a la escuela
Otra cosa serían otras enfermedades en las que sí se debe avisar en la escuela, como los Piojos,
 unos parásitos bastante molestos que se adquieren de forma casi 
aleatoria ya que no tienen nada que ver con higiene, nivel 
socioeconómico o hábitos de vida. Es más, muestran cierta preferencia 
por el pelo limpio. “En el caso de que nuestros hijos tengan piojos 
basta tratarse e informar al centro educativo, sin ausentarse de las 
clases, para evitar que la infección pase de contagiados a sanos 
cíclicamente. Para su tratamiento es suficiente utilizar un producto 
protector.
Se debe notificar también al colegio, y éste al resto de los padres, cuando su hijo haya contraído enfermedades, como la meningitis, el sarampión, las paperas… incluso la varicela que
 son infecciones que pueden ser graves o potencialmente mortales. 
Afortunadamente la mayoría de los niños están vacunados para estas 
enfermedades, pero lamentablemente no todos lo están y es mejor 
prevenir.
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