En esta nueva revisión de 24 estudios se ha visto que los pacientes con trasplante de riñón y que reciben un programa estructurado de ejercicio físico mejoran la capacidad aeróbica y el rendimiento muscular y la calidad de vida.
Como
se sigue demostrando, no todo son medicamentos y una actitud pasiva de
los pacientes, disponer de profesionales que desarrollen programas de
ejercicio físico en el que el paciente adopte una perspectiva más
activa y dinámica aporta mucho a la mejoría de los pacientes tanto
física como psicológicamente.
by Pedro J. Martín Pérez, Médico de Familia y Comunitaria. Z.B.S.Agüimes
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